10.El calor de tú corazón

1K 110 6
                                    

Elizabeth.

Sentía el latir de mi corazón pausado, estaba entrando en calor, aun me sentía débil, estaba mareada y todo daba vueltas aunque no abriera mis ojos. Mi cuerpo estaba algo sediento y dormido al mismo tiempo. Era muy extraño, sentirse adormilada y al mismo tiempo con muchas ganas por despertar.

No recordaba mucho. Recuerdo a aquel sujeto diciendo que todo pronto estaría bien. Pero mi cuerpo esta nublado, casi como muerto. ¿Muerto?

¿Estaré muerta?

Nunca pensé que estar muerta dolería tanto... Todo era tibio, pero mi cabeza dolía un infierno.

Un ligero pitido estaba cerca de mi,  eso me recordaba a los hospitales.

Hice un esfuerzo para mover alguno de mis músculos pero me sentía atada, algo en mi reacciono y de inmediato. ¿¡Atada!?

Eso no era posible, comencé a hacer uso de todos mis músculos, estaba recuperando el aliento cuando siento que las cuerdas que me sujetaban se rompían. Aun no veía nada.

«Pero...mis ojos están abiertos» . Entre en pánico. Lleve mis manos a mi cara con miedo.
«¡Lo sé!, ¡Lo siento al parpadear están abiertos!»

—¿¡Qué está pasando!? —Grite asustada pero mis voz era diferente.

— ¿¡Escuchan eso!? — Escuche un grito y mis sentidos se agudizaron. Venían de un cuarto, fuera del que yo me encontraba.

Intente percibir a alguien cerca de mi, pero estaba sola en ese cuarto. 

— ¿Qué hicieron contigo? — Lo escuche era él.

Era el asesino. No estaba lejos, pero tampoco a mi alcancé.

— ¿Dónde estoy?, ¿¡Qué diablos le pasa a mis ojos!? —Pregunte horrorizada. ¿Acaso él  tenía que ver con lo que me pasaba?

Comencé a jadear asustada, en un impuso logre soltar un grito pero un aterrador chillido salio de mi boca tomando su lugar.

Escuche algunos cristales romperse y retrocedí cayendo al frío piso,  pude ver solo sombras rojas acercarse a mi, pude ver algunos muebles pero era muy difícil distinguir, estaba aterrada, retrocedí en el piso pero una pared me impidió el avanzar más.

«¿Ellos me ayudarán? » Reflexione un instante.

— ¿Qué pasa? — Pregunte poniéndome de pie, con mi mano
Sujetaba la pared para no caer, el mareo pasaba de forma lenta.

Observe a una de las sombras con algo parecido a un arma, retrocedí y sentí el filo de una pequeña mesa, mi mano vago de forma rápida sobre esta alcanzando algo que sentía con el suficiente filo para defenderme.  Lo tome en mis manos y la clave sin contemplaciones sobre uno de los cuerpos rojos frente a mi, escuche varios gritos, y alaridos de dolor,  eso me susto mucho. El piso comenzó a ponerse mojado, al parecer estaba descalza.

Comencé a llorar asustada, recordando a la señorita Terra. Y ese trágico día que nos marco a ambas. 

Un sirena y fuertes luces rojas estaban por todo el lugar, estas lastimaban mis ojos, me irritaban.  Sentí que clavaron algo en mi brazo y con rapidez lo aleje de mi.

— ¡Está despierta!

—¡Rápido debemos sedarla!

— ¡Que no abandone el lugar!

Cada uno de los gritos llegaba a mis oídos, unos más claros que otros lastimando mis oídos y aun en mis ojos llegaba esa luz roja que me segaba por momentos.

Di un desgarrador grito que sonó agudo y pude ver a algunos puntos caer al suelo, otros cubrían sus oídos. Ataque algunos de esos puntos sintiendo como solo con mis manos les arrancaba la piel.

Una fuerte luz fue dirigida hacía mi, volvía a gritar lanzando a uno de los puntos a la luz, escuchando como caía metros después. Me gire y pude ver un cuadro oscuro, el olor del bosque venía de el. Por instinto corrí hasta el, y sentí un vidrio romperse, mi mano derecha quedo lastimada, cuando caía el viento frío llegaba a cada parte de mi, pude ver mejor el suelo acercarse.

Caí limpiamente y por instinto comencé a correr.

No sé cuanto corrí pero no pude evitar caer, el lugar donde me inyectaron ardía como mil infiernos y sin mas perdí el conocimiento.

Caí en la nieve, aun intentando escapar, pero mis ojos se cerraron.

Grados bajo cero «Jeff The Killer»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora