A partir de ese día, como estudiaban carreras diferentes y estaban en sus últimos años, los más atareados y frenéticos, también acudían a clases en edificios distintos y, a menos que quedasen expresamente en algún lugar, era difícil cruzarse en el campus, por lo que, la relación entre Zhan y YiBo continuó por teléfono o por ordenador a través de chat y redes sociales principalmente, lo que tampoco favorecía mucho la intimidad y la profundidad en los largos diálogos que mantenían, sobre todo por las noches.
Los acontecimientos de la jornada, las fotos, las impresiones o los comentarios por internet, ya se sabe, todo está distorsionado y falseado por quien los publica a los cuatro vientos, para dar la mejor imagen de sí mismos; incluso, cuando alguien expone sus problemas intentando convencer a la concurrencia de que es un ser sociable, franco y sincero, en realidad solo busca protagonismo y ser el centro de atención a todas horas y, en vez de estar buscando apoyo o algo, parece que está escribiendo un guión para una telenovela o lo ha copiado de otro que ha leído antes en otra parte.
De todos modos, ninguno estaba dispuesto a llegar más lejos dando el primer paso para avanzar y proponer la primera cita a solas. Era como si estuviesen midiendo sus fuerzas para saber quien echaba más de menos a quien y, así, quedaba en desventaja ante el otro por ser el más débil y dependiente.
Zhan publicaba muy poco desde su perfil, solo cosas superficiales referentes a los estudios más que nada, también sobre deportes porque jugaba en el equipo de futbol como delantero y era bastante bueno. Sin embargo, siempre tenía a gente que le criticaba, que se ensañaba con él por cualquier tontería. Luego, Anne, su hermana y unos pocos más que le conocían bien, salían en su defensa para atajar la polémica porque él nunca replicaba, lo aguantaba todo sin contestar y se retiraba al poco rato para no volver a conectarse en unos días.
YiBo se quedaba como espectador ante estos acontecimientos, leyendo todo lo que se escribía sobre Zhan desde un lado y otro sin intervenir, cosa que enfadaba mucho a Anne porque esperaba que lo apoyase por encima de todo y sin dudar pero, a él le enojaba que no actuase. Se preguntaba constantemente por qué no se atrevía a hacerlo y se mantenía al margen. No tenía ni la más remota idea de que, todo eso, a Zhan le importaba un pimiento, por la sencilla razón de que era bastante asocial y se sentía más feliz con los gatos que con las personas la mayoría de las veces.
En eso se parecían. Reconoció que él siempre había sido un rarito, huyendo de los conflictos en los que intentaban meterle o en los que se involucraban sus amigos. Tal vez este comportamiento cobarde y egoísta, solo era para mantener una imagen de perfección que no existía porque, en el fondo, tenía muchas inseguridades personales de todo tipo y, para solucionarlo a su manera, se apuntaba a toda clase de actividades y disciplinas llamativas y arriesgadas como, por ejemplo, clases de baile, canto o teatrales, carreras de motos o deportes urbanos -solo le faltaba ser "traceur"- que le tenían muy ocupado y con una intensa vida social en la que se sentía poco menos que imprescindible y admirado, recibiendo halagos constantes para alimentar su vanidad, tanto de hombres como de mujeres. Luego, en la soledad de su cuarto llegaba el bajón y hacía recuento de lo que no había sido completamente de su agrado para arreglarlo al día siguiente.
Sin embargo, Zhan despertaba interés enseguida, sin proponérselo. Cuando entraba en un lugar, todas las miradas apuntaban a él durante unos momentos hasta que ocupaba el lugar que había elegido y, a menos que estuviese con Anne y unos pocos amigos más, se sentaba solo y se dedicaba a sus asuntos, que casi siempre eran andar con la nariz metida entre libros y apuntes. No le gustaba nada destacar, se podría decir que lo odiaba y hubiese dado cualquier cosa porque no le pasara pero, no era así y era inútil ignorarlo por lo que ya se había hecho el ánimo y se lo tomaba con resignación, armándose de paciencia y saludando a todo el mundo con su natural amabilidad, simpatía y encanto.
Por eso, no podía estar seguro de YiBo y sus verdaderas intenciones. Tal vez fuese otro más que lo quería tener entre sus conquistas como a un trofeo y, cuando se cansase de jugar, lo dejaría abandonado en cualquier rincón, cosa que le iba a sentar muy mal porque de verdad le gustaba. Se sintió atraído por él en el mismo instante en que se cruzaron sus ojos en la fiesta, de ahí que representase su papel mejor que nunca para acercarse, conocerlo y entablar una larga conversación. Tampoco se esperaba que le gustase tanto como para besarlo de esa manera en su primer encuentro y se avergonzaba al recordarlo pero, si YiBo le había respondido del mismo modo, cabía la remota posibilidad de que ambos se sintieran igual durante esa noche.
Dudas y más dudas que rondaban siempre en torno a esta extraña relación en la que se veían inmersos y que no sabían muy bien cómo despejar por lo que, para verse cara a cara y aprovechar la ocasión de que hubiese más amor y besos entre ellos que era lo que de verdad deseaban, se invitaban mutuamente a los partidos por parte de Zhan y a las representaciones de teatro o baile y a cualquier carrera o competición por parte de YiBo que, al acabar, eran celebradas en grupo y donde ellos se sentaban juntos, procurando tocarse y hablar durante el mayor tiempo posible, prácticamente ajenos al resto, pendientes el uno del otro hasta que llegaba el momento de la despedida, el "adiós, hasta la próxima" y nada más, regresando frustrados a sus apartamentos por no haber abierto la boca para quedar ellos solos.
Ese fue el germen, el inicio de una pésima relación llena de mentiras y más mentiras, un desconocimiento total entre ellos que les llevó a la ruptura y que tuvo varias etapas a lo largo de diez años en los que lo desperdiciaron casi todo, en los que derrocharon el verdadero amor con el que podían haber construido algo hermoso para toda una vida juntos y lo gastaron con otros que no tenían ninguna importancia, gentes que les dejaron un gran vacío en el corazón y un abismo insalvable de por medio.
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SOBREVIVIR A TODAS LAS MENTIRAS
RomanceUna noche, Wang YiBo recibe la llamada de una amiga para que se reuna con Xiao Zhan en un hotel. Hace tiempo que se separaron, ha bebido mucho pero, solo desea hablar con él por unas horas.