REC 22

230 49 11
                                    

-Eso es lo que hicimos durante el pasado fin de semana y ambos nos sentimos como dos desconocidos que habían estado perdiendo el tiempo tontamente.

Ella volvió a reír mientras el gatito maullaba mirándole atentamente. Debía tener hambre pero quiso seguir la conversación.

-Sedúcele, Zhan, enamórale otra vez hasta las trancas, hasta el punto de que caiga rendido a tus pies con solo una mirada y un leve pestañeo, porque él hará lo mismo si está hablando en serio y es verdad que quiere reconquistarte para que volváis a estar juntos y a convivir. Sé tú mismo, no trates de convertirte en lo que crees que él quiere que seas o lo que crees que necesita; podrías estar equivocado porque no hablabais de ello, ni de casi nada, tú mismo me lo dijiste.

-Pero mamá, ¿y si al final tengo razón y es solo su carácter egoísta el que le impulsa a seguir insistiendo para salirse con la suya y acabar ganando?. ¿y si vuelve a sus mentiras?; acabaré más destrozado de lo que lo estuve cuando rompimos.

-No lo creo; de ser así sobrevivirás como lo has hecho hasta ahora, por algo eres mi hijo y confió en ti plenamente... y también en él.

-¿Cómo dices?, ¿confías en YiBo después de todo lo que pasamos?

-Sí, deja que me guarde algunos secretillos, ¿eh? y sigue mis consejos. No creo que fuese tan tonto como para no darse cuenta de la persona tan maravillosa que eres, en lo mucho que te quiere y lo que tú lo quieres a él. Estoy segura de que pasó más de una vez y más de cien si me apuras pero, ninguno se lo dijo al otro cuando tocaba hacerlo, lo dejasteis pasar y lo enfocasteis mal.

Zhan se quedó pensativo antes de responder.

-Está bien, te creeré y pondré en práctica todo lo que me has dicho y, si fracaso, si fracasamos de nuevo, tú serás la responsable.

-Asumo el riesgo; y ahora ve a darle de comer al gato que se muere de hambre y, después, le llamas tú a YiBo para darle una sorpresa.

Zhan rió animado.

-Gracias, mamá, te quiero mucho y te llamaré más a menudo, te lo prometo.

-Yo te quiero más y estaré esperando tus noticias con impaciencia. Besos, cariño y buenas noches.

Se levantó abrazando a FenXin con cuidado para llevarlo a la cocina donde le sirvió su comida que, el animalito, se apresuró a devorar; luego, regresó al salón donde había dejado su teléfono y lo estuvo contemplando sin atreverse a llamar a YiBo como le había recomendado su madre. Se sobresaltó con los pitos de entrada de un mensaje, era de él:

-Y: ¿Qué haces?

-Z: Voy a prepararme la cena, ¿y tú?

-Y: Pensar en ti todo el rato; te echo muchísimo de menos. Quiero besarte hasta que te desmayes y sujetarte bien fuerte entre mis brazos hasta que te recuperes, para volverte a besar.

-Z: ¡Tonto halagador! Podemos quedar mañana para comer juntos de nuevo, ¿quieres?

-Y: No puedo, tengo que salir de la ciudad durante dos días para revisar las cuentas de otra sucursal pero, al siguiente de mi regreso, tendremos todo el fin de semana por delante para estar juntos. ¿Dónde te gustaría ir?

-Z: ¡Oh!, ¡qué decepción! Entonces, me desmayaré por ansiar tus besos. Te dejo que elijas tú el lugar.

-Y: Ok, me esmeraré pensando en un sitio tan romántico que te resulte imposible resistirte a mis encantos.

Zhan iba a contestar enseguida pero, se detuvo unos momentos pensando en las palabras de su madre y decidió coquetear con él descaradamente un poco más; recurrió a su vanidad.

-Z: Siempre me es imposible resistirme a tus encantos; no me tortures tanto.

Tal vez hizo efecto porque no había respuesta inmediata y, al cabo de unos segundos:

-Y: Te quiero. Te llamaré más tarde, no te duermas.

-Z: No, te llamaré yo. Te quiero.

Ambos lanzaron un suspiro al terminar con los mensajes.

Zhan se dirigió a su cuarto a cambiarse de ropa y estar más cómodo para preparar la cena mientras FenXin lo seguía. Lo acostó en la cama entre mimos y besos. Sujetó sus patitas delanteras y jugueteó con su tripita:

-¿Crees que lo conseguiré?, ¿enamoraré hasta ese punto a nuestro YiBo?, le preguntaba al gato que lo miraba, dejando escapar después un bostezo.

-Si esa es tu respuesta, me lo pintas muy mal.

Se levantó riendo mientras el gatito se acomodaba para dormir, desnudándose continuación sin dejar de pensar. ¡Dudaba tanto de sí mismo! y lo encontraba justificado debido a las constantes infidelidades de su ex pareja pero, su madre confiaba en él, en los dos mejor dicho y en el amor mutuo que se tenían, por lo que, tal vez los demás podían ver algo que a él se le escapaba. También su hermana, y Anne que, en cierto modo, habían conspirado para que se volviesen a reunir. Suspiró mientras se miraba en el espejo del baño y se tocaba el rabillo del ojo, creyendo ver unas inexistentes arruguitas alrededor. "Valor, Zhan, lo lograrás", se dijo dándose ánimos camino de la cocina.

Entretanto, YiBo, apoyado en la encimera, observaba en su teléfono las últimas palabras recibidas. Su corazón latía apresurado al pensar en Zhan y lo estaba haciendo constantemente. Se estaba volviendo loco por él de verdad y, en esta ocasión, no era una frase hecha. ¿Cómo no se había dado cuenta de todo lo que tenía y se le ocurrió la pobre excusa de buscar lo que creía que le faltaba en otros? Se sintió un miserable una vez más pero, al contrario que Zhan, su ego casi intacto gozaba de muy buena salud y seguía en plena forma por lo que, tras cerrar las conversaciones, abrió la agenda y empezó a borrar los nombres de sus amantes universitarios primero y unos cuantos de los posteriores a continuación; ya acabaría con el resto más adelante y con calma porque, de algunos, ni siquiera recordaba sus nombres, no sea cosa que eliminase también a sus clientes por error, o a los compañeros de trabajo o a los más allegados. "Ánimo, YiBo", se dijo a sí mismo, "volverás a enamorar a tu Zhan, lo recuperarás para siempre". Después, mientras cenaba, se dedicó a buscar por internet los lugares más románticos que había por los alrededores de Beijing.

SOBREVIVIR A TODAS LAS MENTIRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora