Kyuhyun supo que el extraño hombre pequeño había perdido la cabeza cuando susurró esas cuatro pequeñas palabras. Eric Mun era un engendro de Satán, un hombre que no era consciente o desconocía lo correcto de lo equívoco.
Se le conocía por hacer desaparecer a familias enteras cuando alguien lo enfadaba, incluso hasta a los niños más pequeños, lo cual era por lo que creía totalmente en que Eric no tenía problema en usar al bebé acurrucado en sus brazos para conseguir lo que quería.
Kyuhyun simplemente no sabía cómo infiernos se suponía que iba a proteger a alguien estando herido, atrapado en una oficina de un almacén abandonado, sin señales de una ruta de escape. Al instante en el que pusiera un pie fuera de esta polvorienta oficina, bebé o no, sería atrapado.
Simplemente no veía la manera de salir, para ninguno de ellos.
—¿Qué vas a hacer si te atrapa? —preguntó porque iba en contra de su naturaleza permitir que alguien se encaminará hacia el peligro si podía evitarlo.
Había un deje amargo en la voz del pequeño hombre cuando contestó, lo que hablaba de cuan resignado era su destino.
—Mayormente sangrar un montón. —sonrió débilmente, sombríamente—. A Eric no le gusta que la gente esté en desacuerdo con él. Tiende a hacer cosas para asegurarse de que no lo vuelvan a hacer de nuevo.
Eso podría explicar la larga fila de cuerpos abandonados tras la estela del hombre.
Aunque la mayoría sabía que el hombre había cometido los asesinatos, nunca había suficientes evidencias para relacionar al señor de las drogas con los crímenes. Infiernos, la mitad del tiempo, no había tan siquiera ningún cuerpo.
Cuando el hombre se iba a poner de pie, Kyuhyun extendió una mano y le agarró la muñeca.
—Te matará. —Estaba seguro.
—Probablemente —dijo el hombre mientras se desprendía de Kyuhyun y terminaba de levantarse. Sus ojos fueron hacia el bebé en sus brazos—. Pero, al menos, Donghae estará a salvo.
—Espera —dijo cuando el hombre empezó a dirigirse a la puerta—. ¿Cómo te encontraré de nuevo? —no planeaba quedarse con el bebé para siempre.
—Te encontraré yo.
—¿Cómo? —Kyuhyun ni siquiera le había dicho al chico su nombre.
—¿Cuál es el nombre de esa agencia de protección de la que eres dueño?
—Agencia de Protección Cho. —Kyuhyun sintió que su rostro se sonrojaba cuando el hombre levantó una ceja—. Soy Cho Kyuhyun. Empecé la agencia junto a mis dos hermanos, Jaehyun y Henry. En su momento nos pareció un buen nombre.
—Vale, Cho Kyuhyun. —Las lágrimas comenzaron a deslizarse por las mejillas del hombre mientras retrocedía hacia la puerta—. Cuida de mi hijo. Yo me ocuparé de Eric.
—Espera, ¿cuál es tu nombre?
Él le dedicó una pequeña sonrisa.
—Lee Sungmin. —señaló con la cabeza al bebé—. Y ese es mi hijo, Lee Donghae.
—¿Lee?
Sungmin se encogió de hombros.
—Eric creyó que haría que el proceso de adopción fuese más rápido.
—¿Tu hijo es adoptado?
—No, es mío. Usé un vientre de alquiler. Quería decir el proceso de adopción para que Eric lo adoptase.