Kyuhyun sacó la toalla de su cabeza cuando escuchó la suave llamada en la puerta del dormitorio.
—¿Sí?
—Kyuhyun, ¿puedo verte en tu oficina? —Era Zhoumi—. Es importante.
Kyuhyun miró al bebé durmiendo en medio de la cama y al hombre acurrucado alrededor de él. No le gustaba la idea de dejar a Sungmin solo. El hombre ya no temblaba, y era una buena señal, pero estaba tan malditamente cerca.
Solo había pasado una hora desde que le había quitado la vida a un hombre. Un hombre que había creído que era su marido. Tenía que ser alguna clase de represalia por eso. Sungmin dijo que ya no estaba enamorado de Mun, y confiaba en él, pero había sentido algo por el hombre en algún punto.
Golpearon la puerta de nuevo, recordándole que Zhoumi estaba allí.
—¿Kyuhyun?
—Estaré allí en diez minutos —dijo.
Después de ducharse con Sungmin y asegurarse de que a ninguno le quedaban restos de sangre, había ayudado al hombre a ponerse ropa limpia. Aún necesitaba vestirse y luego convencerlo de que se quedase en la habitación mientras bajaba a hablar con Zhoumi.
Fue hacia la cama y se sentó en el borde al lado de Sungmin.
—Bebé...
—No. —Sungmin tan siquiera levantó la cabeza. Lo que hizo, sin embargo, fue echar una mano hacia atrás y tomar la de Kyuhyun. Enlazaron sus dedos y luego dejó que reposarán sobre su vientre—. Adónde vayas, voy yo.
Kyuhyun se rió mientras se estiraba en la cama detrás de Sungmin.
—Sabes que no va a ser siempre así de fácil, ¿verdad?
—Sí. —Sungmin inspiró profundamente mientras rodaba para ponerse sobre su espalda—. Pero hoy lo es.
No tenía ni la más mínima gana de protestar. La última cosa que quería hacer era dejar a Sungmin y a Donghae, incluso si sólo era para ir abajo. El recuerdo de la visión de Sungmin arrodillado en el suelo con una pistola en su cabeza todavía lo estaba carcomiendo.
La cabeza de Sungmin se giró hacia Kyuhyun, pero mantuvo la vista gacha. Había incertidumbre en su tono cuando habló.
—¿Por qué no me dijiste que eras un jaguar?
Kyuhyun permaneció en silencio, su aliento contenido en la garganta. Creyó que Sungmin o bien había olvidado eso o se había figurado que era una alucinación a causa del golpe en su cabeza.
Suponía que no.
—No estaba seguro de que decir —admitió finalmente—. No quería que creyesen que estaba loco.
—Oh, todavía creo que estás loco, pero también te pones peludo en ocasiones. —Sungmin levantó la vista—. ¿Cómo? ¿Naciste así o...?
—Nací de esa manera —dijo —. Una de las razones por la que nuestra madre fue elegida como sujeto de prueba era debido a un gen latente en su secuencia genética. En ese momento no se sabía lo que el gen recesivo hacía, pero aparentemente, significa que ella tuvo un cambiaformas en algún momento en la historia de su familia.
—Si el gen que estaba era recesivo, ¿cómo es que naciste con la capacidad de poder cambiar?
—Fue por los experimentos que estaban realizando. Cuando mis padres nos concibieron a mí y a mis hermanos, las drogas que le estaban dando a ella activaron el gen y nacimos con la capacidad de cambiar.