—Kyuhyun —Sungmin respiró. Nunca había estado tan feliz de ver a alguien en su vida—. ¿Dónde está Hae?
—Está a salvo, Sungmin —replicó Kyuhyun—. Está con mi madre. Ella no dejará que le pase nada.
—¿Él está... —tragó duro cuando sus emociones se acumularon en la garganta— ¿Está bien?
Kyuhyun apoyó la palma de la mano contra la rejilla de metal.
—Está bien, Sungmin. Lo juro.
Sungmin presionó su mano contra la rejilla justo donde estaba la de Kyuhyun. Solo se tocaba una pequeña cantidad de piel, pero era suficiente para proporcionarle un poco de alivio... hasta que escuchó a los perros ladrando. Miró hacia atrás pero no vio nada. Eso no significaba que no pudiera escucharlos o que no estuvieran viniendo por él.
—Por favor, apura —lloriqueó desesperadamente mientras el miedo lo devoraba—. Eric soltó a los perros aquí dentro. Puedo escucharlos acercarse.
Sungmin no sabía lo que Kyuhyun hizo, pero un momento después, la rejilla fue arrancada de la pared. Unas manos se extendieron y lo agarraron antes de que pudiera escalar por el conducto. Lo sacaron, y luego fue arrastrado a un par de fuertes brazos que hicieron que quisiera acurrucarse en ellos y nunca dejarlos.
—Viniste por mí —murmuró, asombrado.
—Sí, bebé, lo hice. —Kyuhyun no estaba sonriendo, pero casi podía sentir el alivio del hombre—. ¿Cómo estás de mal herido?
Sungmin meneó la cabeza.
—No es nada. Estoy bien.
—Eso no es nada —gruño Kyuhyun—. ¿Te lo hizo Eric?
Sungmin miró en profundidad dentro de los ojos de Kyuhyun antes de asentir con la cabeza lentamente.
—Estaba bastante enfadado cuando no le dije donde estaba Hae.
—¿Por qué? —el ceño de Kyuhyun se incrementó—. Donghae no es su hijo. ¿Por qué habría de preocuparle?
—Eso no es cierto —insistió Sungmin—. Eric es...
—No es el padre de Donghae. Tu nombre es el único que aparece en los papeles de adopción.
Sungmin frunció el ceño.
—Pero eso no es...
—Es hora de irnos, chicos —interrumpió otro hombre—. Henry dice que puede ver guardias empezando a buscar en el patio. Solo les llevará unos cuantos minutos decidir buscar aquí también. Tenemos que irnos antes de que eso ocurra.
—Joder.
Sungmin soltó un grito y luego se retorció para agarrarse cuando los brazos de Kyuhyun lo alzaron. Dios, el hombre era fuerte.
—¿Qué estás haciendo? —él no era grande para ser hombre, bastante pequeño de hecho, pero era lo bastante grande—. Bájame.
—No hay tiempo, Sungmin.
—Kyuhyun, ¿qu...
—Silencio, Sungmin —dijo Kyuhyun.
Sabía lo suficiente sobre intentar escapar de Eric para saber que tenía que obedecer la orden. Si los guardias de Eric se estaban acercando, cualquier ruido alertaría a los hombres armados de su escondite.
Tenía el fuerte presentimiento de que esta era la oportunidad. Esta era su última oportunidad de escapar de Eric. Si no lo hacía hoy, nunca lo haría.