Supo que había algo diferente en el momento que abrió los ojos. La primera prueba era el cálido cuerpo presionado detrás de él.
Eric no había dormido en la misma cama con él desde el inicio de su matrimonio. Eric tampoco lo abrazaba tiernamente, como si él le importase.
Sungmin aguantó la respiración mientras se giraba para ver quién lo abrazaba.
Kyuhyun.
Soltó el aliento que había estado reteniendo. Debería de haberlo sabido antes incluso de abrir los ojos. Aunque sus músculos le dolían un poco, como si se hubiera extralimitado en el trabajo, no tenía ningún dolor. Lo que en sí mismo debería de haber sido una prueba para él. Nunca había permanecido mucho tiempo sin dolor mientras estuvo al cuidado de Eric.
No había recibido nada salvo amabilidad y comprensión de Kyuhyun, algo que nunca habría imaginado de un hombre tan fuerte y poderoso. Quería empaparse de él. Quería estar rodeado con todo lo que era Cho Kyuhyun.
Intentó tranquilizar su respiración cuando los ojos de Kyuhyun se abrieron. No estaba seguro de que esperar. Ciertamente no la sonrisa que recibió.
—Bueno días, bebé.
Dios, le encantaba eso.
Le devolvió la sonrisa.
—Buenos días, Kyuhyun.
—¿Cómo te sientes? —los dedos de Kyuhyun eran gentiles mientras acariciaban ligeramente el borde de su rostro—. La hinchazón ha disminuido un poco, pero tu mejilla se está volviendo realmente púrpura.
—Me queda mejor el verde.
Los ojos de Kyuhyun se abrieron de par en par antes de soltar una risa.
—Me imagino que sí.
Deseaba tener algo inteligente e ingenioso que decir, pero nada acudió a su cabeza de inmediato. En su lugar, salió con la pregunta que estaba rondando su mente.
—¿Me besarías?
Las cejas de Kyuhyun se alzaron.
—¿Qué?
El rostro de Sungmin enrojeció. Dejó caer la vista y empezó a girarse para apartarse, terriblemente avergonzado. Nunca debería de haber...
—¡Kyuhyun! —Gritó cuando fue agarrado y dado la vuelta—. ¿Qué...
Gimoteó cuando Kyuhyun capturó sus labios, robándole todo pensamiento de la cabeza como así el aliento de los pulmones.
Gimió ante el beso mientras el aroma a almizcle de Kyuhyun llenaba cada poro de su piel.
El beso era ardiente, una sabrosa caricia. En cuestión de un momento, el beso se volvió más demandante, más salvaje. Se deleitaba en su pasión, su aliento atrapado mientras el sexy hombre lo besaba incluso más profundamente.
Cuando los labios de Kyuhyun se alejaron de su boca y comenzaron a moverse por su mandíbula hasta su cuello, Sungmin echó la cabeza hacia atrás, dándole un mejor acceso. El gruñido que reverberó a través del pecho de Kyuhyun hizo que su pulso se acelerase frenéticamente.
Era la cosa más jodidamente ardiente que jamás hubiese escuchado.
Lloriqueó cuando Kyuhyun se apartó. Se agarró a él, sólo para dejar caer las manos sobre el colchón cuando Kyuhyun se irguió y comenzó a desvestirse. No había mucho de lo que desprenderse. Estaba vestido de forma simple, solo con una camiseta y una par de pantalones de pijama.
