No podía creer que finalmente tenía a Sungmin a salvo en sus brazos. Había empezado a dudar de si ocurriría alguna vez. Encontrarlo ensangrentado y golpeado hizo que le abrumase la culpa. Debería haberse apurado más por encontrarlo, salvado mucho antes.
Si alguna vez le ponía las manos encima a Eric Mun, lo destrozaría.
Y ese sería un problema porque sabía que Mun no dejaría de buscarlo a él y a sus hermanos o a Sungmin. Especialmente a Sungmin.
Tenía el presentimiento de que Eric era un hombre muy acostumbrado a conseguir cualquier cosa que quisiera, y quería a Sungmin. Por todo lo que el pequeño hombre le había dicho y todo lo que había aprendido durante su búsqueda de información y su conexión con Eric, el hombre estaba obsesionado.
Mientras sostenía a Sungmin en sus brazos, podía comprender esa obsesión.
Incluso golpeado, amoratado y ensangrentado, Sungmin era un hombre hermoso. Añadido a su dulce y cariñosa naturaleza, y era un paquete al completo.
Eric Mun no se lo merecía.
Kyuhyun dudaba que él lo hiciera tampoco. No era exactamente un santo. Mientras que no había quebrantado intencionalmente la ley, la había bordeado bastante a menudo.
Algunas veces, especialmente en su línea de trabajo, la ley no ayudaba a las víctimas inocentes.
Él y sus hermanos estaban orgullosos de sí mismos de mantener a sus clientes a salvo y protegidos. Cuando los que hacían el mal, lo hacían fuera de la ley, ellos no podían siempre ser detenidos dentro de los límites de la ley.
En esos casos era donde actuaba la Agencia de Protección Cho. No tenían miedo a saltarse un poco las reglas si significaba mantener a salvo a la gente.
Entrar en la finca de Eric Mun era el ejemplo perfecto. Era jodidamente ilegal y si hubieran sido atrapados, podrían haber sido arrestados por allanamiento de morada. Llevarse a Sungmin de los terrenos de la finca podría haber hecho que fuesen arrestados por secuestro. Pero era algo que tenían que hacer para mantener a Sungmin y a Donghae a salvo.
No se arrepentía de nada.
—¿Cómo está?
Miró hacia la parte de adelante del vehículo, encontrándose con los ojos preocupados de Henry. Le dedicó a su hermano una pequeña sonrisa. No era de lo que hablasen a menudo, pero Henry era más del tipo romántico que un luchador. Podía pelear, y estaba mejor entrenado probablemente que ninguno de ellos. Simplemente que no le gustaba.
—Ahora mismo está dormido —le dijo en voz baja, sin querer despertar a Sungmin—. Creo que con algo de descanso y comida, debería estar bien.
Especialmente si podían mantener a Eric Mun alejado.
—Aunque tenemos a Sungmin —dijo Kyuhyun—, quiero mantener un ojo en Mun. Tiene que haber algo por lo que podamos pillar a este tipo y meterlo entre rejas.
No hay manera de detenerlo de que fuera detrás de Sungmin, porque iba a hacerlo. Kyuhyun no era lo bastante estúpido para pensar que Mun se detendría. Su orgullo había sido herido. Querría vengarse de alguna forma.
Henry asintió con la cabeza.
—Seguiré buscando.
—También necesitamos asegurarnos de que nuestra seguridad es extremadamente fuerte. Eric no va a tomarse esto muy bien. Vendrá detrás de Sungmin.
Estaba seguro de ello.
—¿crees que él va a descubrir que nosotros nos llevamos a Sungmin? —preguntó Henry.