ꨄ︎𝓕𝓲𝔁 𝓶𝔂 𝓱𝓮𝓪𝓻𝓽 ꨄ︎

𝓣𝓻𝓮𝓼

El primer día de trabajo había terminado perfectamente, había sido más tranquilo de lo que esperó por lo que no se sentía cansado, eso sería una buena noticia para su pequeño ya que le encantaba jugar con su papá.
Al llegar a casa un abrazo en sus piernas lo desestabilizó un poco pero inmediatamente le hizo formar una sonrisa.

—¿Cómo fue tu primer día amor? —preguntó dulcemente agachandose a la altura de Shuichi.

—¡Muy bien!, hice muchos amigos y jugué con ellos. —dijo con una gran sonrisa.

—¡Me alegra mucho! —le sonrió feliz.

—¿Y a ti como te fue hijo? —cuestionó su madre que se encontraba a punto de irse.

—Excelente, el ambiente es muy cómodo así que me acostumbrare rápido.

—¿Conociste algún alfa? —dijo nerviosa.

—Si...dos de hecho.

—Ten cuidado ¿si?

—Lo sé mamá no te preocupes.

—Bien ya debo irme, nos vemos otro día Shuichi-chan. —la mayor acaricio la mejilla del pequeño para luego llenarlo de besos.

—¡Bye~ oba-chan!

—¿Qué tal si me ayudas con la cena? — le propuso al niño con una sonrisa.

—¡Si!

Ambos Kamado se dirigieron a la cocina para comenzar con la preparación de la comida, aquellos momentos juntos lo disfrutaban demasiado entre risas y bromas, se podía percibir el ambiente familiar y hogareño que había en aquel lugar.
Al cabo de unos 30 minutos ya se encontraban en la mesa disfrutando de su cena juntos mientras hablaban de su día.

—¡Papi es mío así que nadie se te debe acercar! —hizo un puchero al escuchar de su papá como había conocido a algunas personas nuevas.

—Lo sé amor no te preocupes. —rió enternecido, ya tenía una leve idea del segundo género de su pequeño.

—¡¿Estás seguro de tenerlo?! Tanjiro ese bebé es producto de-

—No tiene la culpa de nada mamá...estoy aterrado pero quiero tenerlo. Por favor apoyenme... —suplicó con lágrimas en los ojos.

—¿Nos dirás quién fue? —preguntó impotente su padre.

—¿Para qué? —hizo una sonrisa amarga—. No podríamos hacer nada contra él, es un alfa de alta élite no tenemos oportunidad de ganar.

—Lo siento tanto mi amor... —lloró desconsolada la mujer.

—¿Es mi culpa por ser omega?...¿fue mi culpa...?