𝓒𝓾𝓪𝓽𝓻𝓸

3.4K 364 86
                                    


—Shuichi debes comer tus vegetales.

—¡No quiero!

—Por favor cariño, hazlo por mi ¿si?  —suplicó, el niño hizo un puchero, no podía contra su papi cuando le pedía las cosas así.

—Está bien... —se rindió y comenzó a comer.

—Ese es mi niño. —sonrió feliz.

—¿Cómo va el trabajo hijo? —preguntó su padre.

—Muy bien papá, mis compañeros de trabajo son amables y los alumnos respetuosos. No puedo quejarme. —sonrió.

—Me alegra, fue una gran noticia el que hayan encontrado un buen trabajo. Estábamos muy preocupados por ti.

—Lo sé...pero ya todo está bien.

Era sábado, él junto a su pequeño se encontraban en la casa de sus padres ya que los habían invitado a comer. Shuichi estaba feliz por ver a sus abuelos, tíos y tías, era muy cercano a ellos, aún así aquellas reuniones no hacían más que ponerlo ansioso ya que sus padres siempre insistían con el mismo tema. «Debes conseguir un alfa que te proteja a ti y a mi nieto» o «Vive con nosotros así estas seguro». Era el único omega en la familia, por lo tanto el más sobreprotegido, a pesar de ser el hermano mayor, aún así Tanjiro había demostrado que no necesitaba de nadie para ser feliz y en muchas ocasiones su actitud demostraba más valor que cualquier otro alfa. Nunca fue igual a los demás, más allá de ser un omega hombre, siempre estuvo seguro en sus decisiones y ayudaba a todos sin importarle su segundo género.

—Hijo estuvimos hablando con tu padre y...pensamos en que sería bueno que asistas a una fiesta de emparejamiento. Tal vez conozcas a un buen alfa allí.

—¿Tenemos que hablar de esto ahora? —dijo con todo cansancio, odiaba ese asunto frente a su hijo.

—Estamos preocupados por ti y Shuichi, es hora de que te emparejar con alguien. —insistió el mayor de la familia.

—Les he dicho muchas veces que no necesito a nadie, yo puedo cuidarme solo, yo puedo cuidar a mi hijo. —el ambiente se estaba tornando incómodo y tenso, las feromonas se estaban haciendo presentes.

—Oigan deberían calmarse. —comentó Takeo con el ceño fruncido, podía notar como su sobrino se encogia en su asiento.

—Entiende que tenemos miedo por ti hijo, ¿qué tal si te pasa algo en el trabajo...? —trato de persuadir la mujer.

—No hablaré más al respecto, es un no y punto. —sentenció levantándose de la mesa y saliendo al patio trasero.

—No puedo creer que dijeran eso, saben lo difícil que es para mi nii-san entablan una relación con un alfa. —dijo enojada Nezuko para seguirle a su hermano mayor.

La alfa llegó con el pelirrojo, encontrandolo con la mirada perdida pero por su aroma podía deducir que se sentía intranquilo y triste. Soltó un suspiro y se sentó junto a él.

—Siempre terminan igual estas reuniones. —comentó el mayor.

—No les hagas caso, algún día entenderán.

—Ese no es el problema Nezuko, me molesta el hecho de que no confíen en mi, en que no puedo cuidar de mi hijo... —soltó frustrado.

—Solo están preocupados, yo estoy contigo nii-san, te ayudaré con Shuichi en todo lo que necesites. —le sonrió.

—Gracias Nezuko. —le devolvió la sonrisa.

—¿Papi...?, ¿estás bien? —el pequeño se había acercado con sus ojitos cristalinos, estaba preocupado por su papá debido a la discusión en la mesa.

ꨄ︎𝓕𝓲𝔁 𝓶𝔂 𝓱𝓮𝓪𝓻𝓽 ꨄ︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora