𝓣𝓻𝓮𝓬𝓮

1K 134 39
                                    


Los días habían pasado y Tanjiro por fin comenzaba a ordenar su día a día. La convivencia con su familia era buena, algo caótica, pero los buenos momentos nunca hacían falta.
Shui era un niño alegre, amable y hermoso que ayudaba a su papá en todo lo que necesitara, incluso no preguntar por el aroma alborotado de este.

—¿Quieres que los lleve hijo? Me preocupa que caminen solos con ese hombre dando vueltas.

—No papá está bien, alguien más vendrá por nosotros. —contestó el peliburdeos terminando de preparar a su pequeño para la escuela.

Madre, padre y hermanos y hermanas de Tanjiro voltearon rápidamente en su dirección.

—¿Quién exactamente? —preguntó la mujer mayor.

—Un amigo del trabajo se ofreció ya debe de llegar.

No opinaron más al respecto pero efectivamente debía de ser de confianza para que su hijo mayor se deje ayudar por alguien más. Minutos después una bocina sonó, ambos Kamado se despidieron y salieron de la casa.

—¡Buenos días Tanjiro-kun!

—Buenos días Kyojuro-san. —sonrió el menor.

—Hola a ti también Shui-chan.

—¡Hola!

Aunque Shuichi nunca lo admitiera, Rengoku era el amigo favorito de su papá, muy alegre y energético como él, además de que cuidaba a su papá de manera cuidadosa y atenta.

El primer destino fue la escuela del niño, Tanjiro se despidió de él con un fuerte abrazo y muchos besos en sus regordetas mejillas, para luego seguir su camino junto al rubio a la preparatoria.

—¿Cómo haz estado?

—Supongo que bien...con los nervios de punta aún.

—Tranquilo, nunca estarás solo con Shui-chan.

Hace algunos días Tanjiro se enteró del trato que habían hecho sus amigos, cada día alguno lo acompañaría a su casa y al trabajo para nunca estar solo. Los días fueron arreglados entre ellos, por el momento solo sabía que los días lunes le pertenecían a Kyojuro. Los demás eran un misterio para él.

Al llegar fue recibido por un saludo por parte de los gemelos Tokito, últimamente ambos eran muy cercanos a él, luego Inosuke y Zenitsu le dieron los buenos días. Estaban muy juntos desde hace un tiempo, sonrió ante su teoría.

—Bien es hora de trabajar.- debía ser positivo, no importaba la circunstancia.

La mañana pasó tranquila, algunos dolores de cabeza, náuseas y algún que otro golpe nada grave. Definitivamente la medicina era una gran pasión para él. Y aún si amaba a su pequeño, y claro no se arrepentía de su elección de su crianza sobre lo demás, ser médico era un gran sueño que esperaba algún día pudiera cumplir.

El almuerzo la pasó en la sala de profesores con los demás, hablando y charlando de manera animada, y al acabar siendo bombardeado con preguntas por parte de Nezuko de cómo estaba.

—Vas a matar a Tanjiro-san con tus preguntas déjalo respirar. —habló Zenitsu.

—Porque no sabes lo que tuvo que pasar. —respondió a la defensiva la chica.

—¿Qué le pasó? —preguntó está vez Inosuke curioso.

—Nada, no pasó nada. —dijo enfatizando lo último el Kamado mayor—. Nezuko ¿podemos hablar un segundo a solas?

El par de hermanos se alejó un poco de los demás.

—¿Qué sucede?

—Podrías dejar de ventilar mi vida por todos lados por favor. Es incómodo.

ꨄ︎𝓕𝓲𝔁 𝓶𝔂 𝓱𝓮𝓪𝓻𝓽 ꨄ︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora