𝓒𝓪𝓽𝓸𝓻𝓬𝓮

1.2K 138 55
                                    


La primera semana había pasado y todo fue muy bien para suerte de ambos Kamado, ahora sabía el orden en que sería acompañado durante toda su semana. Siendo Rengoku los lunes, Shinobu los martes, Mitsuri e Iguro los días miércoles, Uzui los jueves y por último los viernes le pertenecían a Tomioka. Los demás solo lo acompañaban si se trataba de una emergencia ya que alguien no podía cumplir su turno o simplemente si se quería ofrecer, como fue el caso de Sabito remplazando a Kocho.

Ese día era sábado, uno muy soliado y perfecto para salir de paseo junto a toda su familia. Shuichi estaba muy emocionado, había planeado todo lo que harían durante el día, y los mayores solo le seguían la corriente incluído Tanjiro que por petición de su madre y Nezuko intentó relajarse más esos días. Al parecer sus nervios comenzaban a preocupar a su pequeño.

—¡Papi rápido o no podremos subir a todos los juegos!

—¡Shui tranquilo no corras!. —le advirtió el peliburdeos.

—Hijo tranquilo, ve a divertirte con él. Los veremos aquí en un rato.

—Está bien... —suspiró intentando calmar su aroma que sabía, por las múltiples miradas a su persona, comenzaba a notarse demasiado.

El resto de la tarde papá e hijo correteaban por todo el parque de diversiones como si fueran dos niños pequeños, claro que Shuichi lo era, pero Tanjiro no se sentía tan tranquilo y algre desde hace mcho tiempo. Su familia intentaba seguirles el paso ya que no querían dejarlos solos y el terremoto Kamado arrasaba todo lo que veía.

—Me alegra mucho que se diviertan. —dijo la madre de la familia a su esposo.

—Yo igual, ya comenzaba a preocuparme...

—Todo va a estar bien, podremos con esto cariño.

—Lo sé...pero me aterra la idea de ese hombre merodeando a nuestro hijo y nieto.

—No dejaremos que les haga nada, tendrá que pasar sobre nosotros si así lo quiere.

La vida había sido demasiado injusta con su hijo mayor, tan responsable y con su corazón tan noble tuvo que pasar por cosas innombrables, pero no permitirían que volviera a ocurrir. Nunca más.

Tal y como el pequeño de la familia había planeado fueron a la gran mayoría de juegos, comieron hasta ya no poder más y rieron hasta que sus estómagos dolían. Su papá estaba feliz, con una hermosa sonrisa de oreja a oreja y disfrutando cada uno de los momentos que pasaban juntos, su objetivo había sido un éxito.
Habían salido del parque para pasear por las calles del centro, disfrutar del atardecer y como las luces de la cuidad comenzaba a dar un ambiente diferente. Sin notar como un auto los seguía de cerca, muy de cerca.

—Su padre y yo debemos comprar unas cosas, en un momento los vemos aquí mismo. —habló la mujer mayor.

—¡Está bien! —contestaron todos sus hijos.

—Nee-san quiero comprar algo ¿me acompañas?. —pidió Hanako a Nezuko.

—¡Vamos! —practicamente fue arrastrada por la menor.

—Nii-san iremos al lugar de videojuegos solo unos minutos ¿si? ¡no te alejes! —le advirtió Takeo.

—Bien, bien vayan. —les sonrió Tanjiro a todos.

—Moh~ todos se fueron. —el pequeño niño hizo un puchero.

—¿Qué tal si nosotros damos un paseo por nuestra cuenta? volveremos antes de que lo noten. —le sonrió.

—¡Si!

Tanjiro no tenía idea del peligro que corrian, y en verdad hubiera deseado saberlo.

Tanjiro no tenía idea del peligro que corrian, y en verdad hubiera deseado saberlo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ꨄ︎𝓕𝓲𝔁 𝓶𝔂 𝓱𝓮𝓪𝓻𝓽 ꨄ︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora