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NARRA CHLOE

Manel me ha dicho que había algo para mí encima de mi cama.

Era un sobre, cuando lo abrí, solo había un CD.

Lo puse en la televisión de la habitación.

Inevitablemente, empecé a llorar. Solo él era capaz de hacer algo así.

Era un vídeo, pero no era un vídeo cualquiera. Ginés se había encargado de crear un montaje de fotos y vídeos nuestros, desde que éramos bebés hasta que cumplimos los 13 años.

Pero no era un simple vídeo, iba acompañado de un texto.

"Llevo a tu lado desde que naciste, mamá siempre me ha dicho que la primera vez que te conocí, fue la primera vez que sonreí. Y no me extraña, desde aquel día, cada vez que estaba cerca tuya solo era capaz de hacer eso, sonreír. ¿Te acuerdas de nuestro primer día de cole? Yo tenía mucho miedo y no quería entrar pero tú me cogiste de la mano y me dijiste "estamos juntos Gin, siempre juntos" y mi miedo desapareció porque me di cuenta de que si estaba a tu lado, ni siquiera las cosas malas eran tan malas.
Luego crecimos, juntos. Y tú empezabas a ser Chloe, en tu máxima expresión. Y los chicos te miraban y querían ser tus novios. ¿Lo recuerdas? Yo sí, me ponía muy celoso, acho, es que eras mi princesa y creía que ibas a irte con ellos.
Pero un día me cogiste la cara me miraste a los ojos y me dijiste "Gin, eres un celoso y no te das cuenta de que siempre vas a ser tú".
Pues eso Chloe, siempre vas a ser tú, he sido un completo imbécil, te he tratado fatal y no te lo merecías, no te lo mereces. Eres la persona más bonita que ha pasado por mi vida y creo que si no te tengo, no puedo volver a ser Ginés.
Ojalá algún día puedas perdonarme y ojalá, siempre seas tan bonita como eres"
Te quiere, Gin.
Por cierto, si has visto esto y quieres hablar, quedamos esta noche a las 21:45 en la azotea del hotel, nos debemos muchos atardeceres.

Esta vez sí que se ha superado, jamás creí que pudiera hacer algo así.

NARRA DANIEL

Eran las 21:30 estábamos todos cenando, y Ginés no estaba. Desde que le dió el coma etílico he estado muy pendiente de él, si le pasara algo no podría perdonármelo.

La silla que acompaña a la de Manel, también esta vacía, Chloe tampoco está. Ginés le hizo un vídeo muy bonito y emotivo. Igual mi chaval le ha echado cojones y se lo ha dado. Igual están juntos.

NARRA GINÉS

21:37 , estoy en la azotea, con mi guitarra, esperando algo que no va a ocurrir. Chloe no va a venir, y yo he hecho el ridículo, como siempre.

Entre tanto pensamiento negativo, noto como alguien me toca el pelo, desliza su mano por mi cuello y la apoya en mi hombro. De reojo veo la pulsera. Ha venido.

–Has venido– Se notó mi ilusión en esas dos palabras.

– He venido Gin– Que bonito suena ese nombre si viene de sus labios.

–No sé qué decirte, pensaba que no ibas a venir–

– Y por qué no iba a venir–

–Porque no me he portado bien contigo–

–Creo que ambos tenemos que aclararnos cosas–

Me quedé mirándola mientras hablaba, y sin darme cuenta empecé a sonreír. A pesar de las ojeras que arrastraba desde hace días, está igual de guapa que siempre.

–Qué miraaas– Tío se estaba riendo.

–Sabes, desde que no estás..–

–Desde que no estoy ¿qué?–

–Ha vuelto a ser solo mío lo que antes era nuestro–

–Gin–

–Dime–

–¿Por qué ahora me hablas y quieres verme?– Joder qué la digo.

–Pf...Chloe...No te quiero mentir. Cuando te dije que los muertos no sentían. Me di cuenta de que iba a ser nuestra última conversación, porque nadie te conoce mejor que yo, no ibas a querer hablarme nunca más. Empecé a llorar porque había sido un mierdas y empecé a beber y me dormí y si no llega a ser por Dani a lo mejor no me hubiera despertado–

NARRA CHLOE

Ginés siempre ha sido y siempre va a ser mi único amor y es que hay amigos que son el amor de tu vida, pero en amigos.

Cuando éramos pequeños, él siempre me decía que quería ser cantante y yo le decía que quería ser médica.

Ahora que apenas en un año entro a la universidad, no puedo dejar de pensar en que no estuve ahí cuando Ginés estuvo en el hospital. No le di la mano cuando estaba mal y eso, me hace ser peor que cada palabra que él me haya podido decir.

–Oye, perdóname, cuando éramos peques y tú te enfermabas yo siempre estaba ahí para meterme en tu cama y abrazarte fuerte hasta que dejaba de dolerte. Y no he estado, lo siento Wallsi.– Quiero llorar.

–Heeyy, no me pidas perdón, cuando me dió el coma mi subconsciente me hizo verte en una ambulancia, vi a Dani lleno de tu sangre y te prometo que aún estando en coma, me dolía la vida entera.
Nunca había estado tan vivo, y nunca me había dolido algo tanto–

Eran las 22:40, en la capital, donde nada dolía si la tenía a ella al lado. Empezó a llover, como nunca antes había llovido, y es que claro, el cielo tenía un motivo para llorar, no la tenía a ella.

RECUÉRDAME; WallsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora