13.

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–Dani...–

NARRA DANIEL

Después del despertar que tuvo Ginés entendí que no había nada claro dentro de su cabeza y que probablemente cuando me decía que nos fuéramos a mi casa en realidad sólo necesitaba buscar una vía de escape a todo eso que no le deja dormir. Pero...¿qué es lo que no le deja dormir?

–Vale, haz la maleta, nos vamos– Dije.

–Gracias tío–Dijo abrazándome.

Después de avisar a los demás, nos fuimos a mi casa, decidimos coger un taxi y creo que por primera vez vi a Ginés sumergido en la música que sonaba por sus auriculares. Ahí dejó de ser el Ginés habitual para ser su versión más triste.

Cuando llegamos, Ginés se fue a la ducha, dejó sus cosas encima de la mesa y yo me senté en el sofá y puse la televisión. Minutos después empezó a sonar su teléfono.

Llamada Entrante→Chloe.

Decidí no cogerlo ya que no era asunto mío. La llamada finalizó. Pero el sonido del móvil de Ginés no cedió.

WhatsApp→Chloe.

Ginés, cógeme el teléfono 13:02

Por qué pasas de mi? 13:02

Podemos estar bien en algún momento? 13:02

Joder creía que lo habíamos solucionado todo en la playa no? 13:03

Enserio le vas a hacer esto a tu mejor amiga? 13:03

El móvil de Ginés dejó de sonar pero creo que ahora sé que probablemente el problema de Ginés lleve nombre y apellidos.

Volvió a sonar.

Das asco. 13:07

Ojalá nunca nos hubiéramos reencontrado 13:07

Deberías volver a beber todo el tiempo, al menos así eres más agradable conmigo, como ayer que te faltó tiempo para metérmela era lo que querías no? 13:08

Ahora que ya no estás borracho pasas de mi no? 13:08

Ginés salió de la ducha y cogió su teléfono, parece que leyó los mensajes porque apagó el móvil y lo tiró de mala manera contra la mesa.

–¿Estás bien?–Le pregunté.

–¿Eh? Sí– Me dijo.

–¿Seguro?–Insistí–

–Sí– Concluyó para después ir a vestirse.

–He pensado que si quieres podemos pedir una pizza para cenar y luego podemos ir a la playa– Propuse.

NARRA GINÉS

Cuando Dani y yo nos conocimos, fue en la playa. Fue pocas semanas después de que Chloe se marchara. Yo estaba en la orilla del mar, mis pies se mojaban con las ligeras olas que llegaban hasta allí, estaba tocando la guitarra porque desde que ella se fue, era lo único que me llenaba. En cierto modo, sentía que tocarle al mar, era como tocarle a ella, estuviera donde estuviera. Después de un rato sumergido en mi soledad, una voz nos sorprendió a mi guitarra y a mí haciendo que las cuerdas de esta vibrasen por última vez esa noche.

Flashback:

–Suena bien– Me dijo un chaval moreno de ojos azules.

–Gracias supongo– Respondí.

–Me llamo Daniel pero puedes llamarme Dani si quieres– Se presentó.

–Yo me llamo Ginés, encantado– Le dije mientras estrechaba nuestras manos y él sonreía.

RECUÉRDAME; WallsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora