Me llamo Chloe Martínez, nací en Murcia y ahí pasé los mejores años de mi vida. Mis padres se querían y eran felices. Yo era feliz, le tenía a él. Ginés Paredes. Era mi mejor amigo y vecino. Desde pequeños recuerdo que hacíamos maratones de pelis y...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me hace mucha ilusión esto, y quería compartirlo también con vosotros.🤍 • • • Chloe es el tipo de persona de la que cualquiera se enamoraría, es ese tipo de persona que conseguiría que el diablo volviera a ser un ángel, solo por amor y yo creo que si ella me lo pidiera vendería mi alma al diablo solo porque ella fuese eterna.
NARRA DANIEL
No, me niego a creerme que Ginés esté enamorado de Chloe. No siente amor, celos sí, pero amor no, él está muy lejos de saber lo que es estar enamorado.
NARRA CHLOE
Probablemente nunca llegue a entender el comportamiento de Ginés. Quizá sí que tenía razón y cuando me fui maté al Ginés que tenía como mejor amigo. Quizá nunca vuelva y quizá yo ya no sea la de antes. Han pasado cuatro años y en cuatro años la gente cambia mucho. Conocemos a desconocidos y desconocemos a conocidos. Pero no quiero desconocerlo, no a él. Siempre ha sido mi niñito y siempre lo será por muy lejos que estemos el uno del otro.
Flashback de la tarde de Chloe y Dani:
-Chloe- Dani me sacó de mis pensamientos. -Necesito hablar contigo-
Asentí y continuó hablando.
-¿Qué se siente cuando estás enamorado?- No sabía que responder pero empecé a pensar en lo que yo sentía cuando era pequeña y estaba con Ginés, creo que es lo más cerca que he estado de enamorarme.
-No sé Dani...supongo que quieres estar todo el tiempo con esa persona, abrazarla, reírte con ella, no quieres que se vaya nunca. Supongo que también sientes mariposas en el estómago, y te pones nervioso si se te acerca o la ves, no lo sé.-Empecé a ponerme triste cuando empecé a recordar cuando Ginés y yo nos íbamos a la playa y corríamos a lo largo de la arena y él siempre me acababa cogiendo, nos caíamos al suelo y empezábamos a reírnos abrazados.
Estuvimos un par de segundos callados.
-¿Por?- Pregunté.
-Por nada- me dijo y se quedó callado mirando al horizonte.
Nuestra tarde fue así, mirando el horizonte. Estoy segura de que aquella playa era capaz de sentir todo el dolor que llevamos dentro.
Decidimos animarnos y fuimos a una heladería, Dani se pidió un helado de pistachos y yo uno de fresa. Mientras nos los comíamos, empezamos a reírnos y a correr por las calles de Valencia. Por primera vez en mucho tiempo, sentí a Ginés y ni siquiera me estaba riendo con él. Y es que Dani, es lo más cercano que tengo al Ginés de antes. Aunque en el fondo deseo que sea mía, amo la amistad que tienen ellos dos.