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Al día siguiente muy temprano, Blaise acompañó a la enfermería a Lyra para que la señora Pomfrey pudiera quitarle las vendas. Le obligaron a tomar una poción que desapareció unas pequeñas heridas en el brazo en un par de segundos y fueron al Gran Comedor en el preciso momento en que oyeron unos gritos para nada agradable:
—... ROBAR EL COCHE, NO ME HABRÍA EXTRAÑADO QUE TE EXPULSARAN; ESPERA A QUE TE COJA, SUPONGO QUE NO TE HAS PARADO A PENSAR LO QUE SUFRIMOS TU PADRE Y YO CUANDO VIMOS QUE EL COCHE NO ESTABA...
Los gritos de la señora Weasley, cien veces más fuertes de lo normal, hacían tintinear los platos y las cucharas en la mesa y reverberaban en los muros de piedra de manera ensordecedora. En el salón, la gente se volvía hacia todos los lados para ver quién era el que había recibido el howler, y Ron se encogió tanto en el asiento que sólo se le podía ver la frente colorada.
—... ESTA NOCHE LA CARTA DE DUMBLEDORE, CREÍ QUE TU PADRE SE MORÍA DE LA VERGUENZA, NO TE HEMOS CRIADO PARA QUE TE COMPORTES ASÍ, HARRY, LYRA Y TÚ PODRÍAIS HABEROS MATADO...
Lyra trataba de hacer como que no oía la voz que le estaba perforando los tímpanos.
—... COMPLETAMENTE DISGUSTADO, EN EL TRABAJO DE TU PADRE ESTÁN HACIENDO INDAGACIONES, TODO POR CULPA TUYA, Y SI VUELVES A HACER OTRA, POR PEQUEÑA QUE SEA, TE SACAREMOS DEL COLEGIO.
Se hizo un silencio en el que resonaban aún las palabras de la carta. El sobre rojo, que había caído al suelo, ardió y se convirtió en cenizas. Harry y Ron se quedaron aturdidos, como si un maremoto les hubiera pasado por encima. Algunos se rieron y, poco a poco, el habitual alboroto retornó al salón.
—Mmm... ¿Lyra? —musitó Theo dándole un codazo cuando en ese instante llegó la lechuza de Lyra con el mismo howler a la mesa de Slytherin y fue a donde hallaba Lyra.
A Lyra se le tembló la mano y abrió el sobre rojo pero antes cerró los ojos con fuerza, esperando cualquier grito pero nunca pasó.
—Princesa, me enteré que viajasteis en un coche volador pero no os preocupéis, no estoy enfadado, más bien estoy muy orgulloso de vosotros. Eso es, seguid mi ejemplo. Y como premio os regalaré muchos regalos en Navidad. Os quiero —dijo James un tanto orgulloso y entusiasmado.
De nuevo, hubo risas por todo el salón, hasta Lyra que pensó por un instante de que cómo pudo desconfiar de su padre.
El profesor Snape entregó los horarios a la mesa de Slytherin. Les tocaba dos horas con Herbología y por último Defensas Contra las Artes Oscuras, así que el cuarteto de plata fueron a la primera clase y entre Theo y Lyra, consiguieron cuarenta puntos.
Sonaron la campana. Todos salieron ordenadamente de la clase y se dirigieron a los invernaderos. La profesora Sprout llevaba un montón de vendas en los brazos, y estaba en el centro del invernadero, detrás de una mesa montada sobre caballetes. Sobre la mesa había unas veinte orejeras.
—Hoy nos vamos a dedicar a replantar mandrágoras. Veamos, ¿quién me puede decir qué propiedades tiene la mandrágora?
—La mandrágora es un reconstituyente muy eficaz que se utiliza para volver a su estado original a la gente que ha
sido transformada o encantada —respondió Theo.—Excelente, diez puntos para Slytherin —dijo la profesora Sprout—. La mandrágora es un ingrediente esencial en muchos antídotos. Pero, sin embargo, también es peligrosa. ¿Quién me puede decir por qué?
—Porque los llantos de la mandrágora es fatal para quien lo oye —respondió Lyra.
—Excelente, veinte puntos para Slytherin.
⋯
Alcanzaron el aula de Lockhart y el resto de la clase entraron ruidosamente. Lyra iba detrás de Theo y Blaise que se sentaron en las últimas filas cuando Draco le tomó del brazo sin fuerza alguna.
—Siéntate conmigo —le pidió por lo que Lyra aceptó con una sonrisa y tomaron asientos en la última fila.
Cuando todos estuvieron sentados, Lockhart se aclaró sonoramente la garganta y se hizo el silencio. Levantó la portada de ejemplar de Recorridos con los trols, con su propia fotografía que guiñaba un ojo.
—Yo —dijo, señalando la foto y guiñando el ojo él también— soy Gilderoy Lockhart, Caballero de la Orden de Merlín, de tercera clase, Miembro Honorario de la Liga para la Defensa Contra las Fuerzas Oscuras, y ganador en cinco ocasiones del Premio a la Sonrisa más Encantadora, otorgado por la revista Corazón de bruja, pero no quiero hablar de eso. ¡No fue con mi sonrisa con lo que me libré de la banshee que presagiaba la muerte!
Esperó que se rieran todos, pero sólo se mostraron despectivos.
—Veo que todos habéis comprado mis obras completas; bien hecho. He pensado que podíamos comenzar hoy con un pequeño cuestionario. No os preocupéis, sólo es para comprobar si los habéis leído bien, cuánto habéis asimilado...
Cuando terminó de repartir los folios con el cuestionario, volvió a la cabecera de la clase y dijo:
—Disponéis de treinta minutos. Podéis comenzar... ¡ya!
Lyra miró el papel con aburrimiento y leyó:
1. ¿Cuál es el color favorito de Gilderoy Lockhart?
Diría el negro como su alma o también podía ser el amarillo por el color de su pelo que sí parece teñido, no el de mi amigo.
2. ¿Cuál es la ambición secreta de Gilderoy Lockhart?
No lo sé. ¿Qué voy a saberlo? Por algo es secreta.
3. ¿ Cuál es, en tu opinión, el mayor logro hasta la fecha de Gilderoy Lockhart?
Estar en Ravenclaw.
Así seguía y seguía, a lo largo de tres páginas, hasta:
54. ¿Qué día es el cumpleaños de Gilderoy Lockhart, y cuál sería su regalo ideal?
Su cumpleaños no tengo la menor idea y ni me interesa porque no le voy a hacer regalos. Ah, y hablando de su regalo ideal sería que un trol le regale su cerebro porque le hace buena falta.
Media hora después, Lockhart recogió los folios, los hojeó delante de la clase y Lyra vio que rompió su folio al leer sus respuestas, dejándola muy satisfecha.
—Vaya, vaya. Muy pocos recordáis que mi color favorito es el lila. Lo digo en Un año con el Yeti. Y algunos tenéis que volver a leer con mayor detenimiento Paseos con los hombres lobo. En el capítulo doce afirmo con claridad que mi regalo de cumpleaños ideal sería la armonía entre las comunidades mágica y no mágica. ¡Aunque tampoco le haría ascos a una botella mágnum de whisky envejecido de Ogden!
Volvió a guiñarles un ojo pícaramente. Draco y Lyra se intercambiaron unas miradas de repugnancia; Theo y Blaise observaban a Lockhart con una ceja levantada sin dar créditos lo que escuchaban.
—Sácame de aquí, Draco —suplicó Lyra en voz baja—. Tienes que rescatar a la princesa de ese loco.
Él no sabía muy bien por qué pero le hizo sonreír. Con Lyra se sentía especial y agradable.
—Rescataré a la princesa —susurró Draco.
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GREEN EYES | D.M
FanficLyra Potter era la definición de hermosa, bromista y princesa de Slytherin. A diferencia de su mellizo Harry, ella no tenía una cicatriz en forma de rayo y lo más importante es que no siguió con la tradición de los Potter. Pese a que sabía a la perf...