Capítulo 01

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Aquella mañana una muchacha azabache y de ojos verde brillante brincaba en su cama, sosteniendo una carta de Hogwarts con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.

—¡Iré a Hogwarts! —gritó entusiasta—. ¡Por todos los calzoncillos de los fundadores de Hogwarts, podré ir!

Se apresuró a salir de su dormitorio y irse en dirección hacia el salón donde James estaba organizando unos cuantos regalos para los mellizos Potter por su cumpleaños con la ayuda de Remus. Se demostraban entre felices y nostálgicos.

—¡Feliz cumpleaños, pequeña Cornamenta! —James fue el primero en captar la presencia de su hija y la abrazó cariñosamente.

—Gracias, papá —respondió Lyra sonriente.

Buscó con la mirada a Harry pero no lo encontró y suponía que debió estar aún profundamente dormido.

—Felicidades, lobita —felicitó Lupin con una sonrisa—. Parece mentira que ya has cumplido once años.

—Al fin podrá ir a Hogwarts a hacer travesuras, molestar a los profesores y incluso ser animaga como su padre —sugirió James.

—Eso lo decidirá mi ahijada —lo recordó Lupin.

En ese instante Harry bajó por las escaleras con un pijama y con el pelo muy despeinado.

—El bello durmiente se ha despertado —bromeó Lyra.

—Felicidades, hermanita —murmuró Harry bostezando.

—Igualmente, miope —dijo Lyra burlona y lo rodeó en un abrazo—. ¿Abrimos los regalos, papá?

—Por supuesto, princesa —respondió James contento y le entregó un viejo pergamino—. Pensé que sería muy justo que tuvieras el mapa en tus manos para cuando estés en Hogwarts.

—Significa mucho para mí esto... —balbuceó Lyra examinando el pergamino con un brillo en sus ojos.

—Lo sé, podréis compartirlo —añadió James.

—¿Hogwarts, guapos? Tengo todo el equipo... En realidad, otro muchacho se lo está probando ahora.

En el fondo de la tienda, un muchacho de rostro pálido, de cabello platino y puntiagudo estaba de pie sobre un escabel, mientras otra bruja le ponía alfileres en la larga túnica negra. Lyra subió en el escabel a su lado por una orden de la señora Malkin, sintiendo que aquel muchacho la miraba de reojo.

GREEN EYES | D.M Donde viven las historias. Descúbrelo ahora