La Chica De Túnicas Oscuras. (Koga x ___)

El hogar del lobo

—¡Miren es Koga!

—¡Koga volvió!

Por fin se había detenido, era un lugar ubicado dentro de las montañas, casi en la cima. Habían muchos más hombres lobo de lo que ___ imaginaba y aquella manada con la que siempre se encontraba no era nada en comparación a la cantidad que había aquí.

A pesar de que Koga había dicho que la bajaría en cuanto llegaran a la guarida, no lo hizo hasta que entraron al interior de una cueva llena de otros hombres lobo, dejándola en lo que parecía ser una cama de paja.

—Jefe Koga ¿De donde saco a esa mujer?

—Oye Koga, esa presa se ve suculenta

—Por favor, deja que la pruebe primero

La expresión de Koga se endureció y habló con voz imponente —Escúchenme bien, ella no es ninguna presa, ¡Aquel que se atreva a tocarla lo matare!

Todos parecieron asustarse y dejaron de acercarse

___ —...¿Koga?— Se giró a verla, siguió hablando —¿Para que me has traído?

Koga se sentó con las piernas cruzadas frente a ella en la cama de paja con una expresión seria

—Por dos cosas: primero, quiero que nos ayudes a sanar a algunos de los nuestros que se encuentran heridos

—Espera...¿Ustedes no pueden hacerlo?

—Podemos, pero las heridas de los lobos que curaste sanaron en cosa de horas, y en nuestra situación no podemos debilitarnos

—¿Horas dices?, pero eso es imposible...

—Pues eso es lo que paso, necesitamos que lo vuelvas a hacer

—Entiendo

''Sanar a los heridos es algo que puedo hacer incluso si no me lo pidiese''

—¿Y lo segundo?

—Puedes ver los fragmentos de la perla, ¿Cierto?— Asintió —Necesito que los busques para mi

''Ahi esta ese 'no se que' que no puedo cumplir''

—No, puedo ayudarte a sanar a todos los lobos que quieras pero no puedo ayudarte con los fragmentos

—¡Tu!...—El joven lobo pareció pensar en lo siguiente que diría —¡No estás en posición para negarte!

—Hummm, ¿Estás seguro?

Eso en parte era cierto, ___ lo único que quería era salir de ahí pero Koga necesitaba más de su ayuda. Si ninguno de los dos cooperaba, inevitablemente se encontrarían en un punto muerto que a nadie le convenía. Los instintos del joven lobo le confirmaba esto.

Ambos parecían estar en plena negociación, hablando tranquilamente mientras el pobre Shippo temblaba en el hombro de la chica.

—Te diré algo, ven conmigo a que cures a los heridos. Lo demás lo veremos después

—Mhn, me parece bien

—Oh, casi lo olvidaba— Extendió la mano y le arrebató un par de cosas —No vas a necesitar esto— Le había quitado su arco, flechas y la katana.

___ no se opuso, aunque quisiera pelear no tendría oportunidad al estar dentro del hogar de los hombres lobo. Koga tomó a ___ de la muñeca y la llevó hacia otra cueva.

—Te llamabas ___ ¿Cierto?

Ella asintió —¿Cómo sabes mi nombre?

—Esa bestia lo había mencionado.