Recuperando fuerzas.

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Salieron del palacio, pero el equipo no sabía exactamente qué hacer. Kirara no podía llevarlos a todos y tampoco tenían fuerzas para cargarse unos a otros.

Por eso, encontrar la carreta que ___ había dejado afuera fue un verdadero golpe de suerte. El joven lobo tras confirmar que esta tenía su olor, subieron a ___ a la parte trasera junto con Inuyasha y Koga, Miroku condujo junto con Sango y Kagome se montó en Kirara al igual que Shippo para no sobrecargar aún más al pobre animal.

El resto del viaje fue tranquilo, solo se detuvieron en medio del camino para acampar y dejar que el buey descansara antes de seguir por la mañana.

Kagome hizo lo mejor que pudo para atender las heridas de todos con la medicina de su mundo, aunque admitió no poder hacer el mismo buen trabajo de su amiga; aun así, nadie parecía estar realmente grave.

Inuyasha despertó a la mañana siguiente aun recostado en la carreta junto con ___ quien era cuidada por Koga en todo momento muy a su pesar; seguía estando muy cansado y adolorido por lo que no quiso gastar energías discutiendo con el, pero verlo recostarse a su lado, abrazándola para acomodar su cabeza sobre el para que estuviera cómoda no le agradaba del todo, lo ponía bastante incomodo. Habían llegado junto con la anciana Kaede alrededor de pasado el mediodía. ___ aun no despertaba, tampoco daba señales de que lo fuese a hacer pronto.

Ginta y Hakaku llegaron casi cayendo la noche para recibir noticias de su jefe y saber acerca de la chica, pero no se quedaron por mucho tiempo por órdenes del alfa.

Kagome —Anciana Kaede, ¿Se pondrá bien?

—No debes preocuparte, solo está agotada. Hay que dejarla descansar todo lo que necesite— Hizo una pausa —Quien me preocupa es el lobo

—¿Koga?, ¿Por qué?

—No se ha despegado de ella desde que llegaron y se niega a irse hasta que despierte. Tendré que pedirte que le eches un ojo, asegúrate de que también tome su medicina y guarde reposo

—Haré lo mejor que pueda

Al principio, ni siquiera quería dejarla ir de sus brazos a pesar de que también necesitaba atender sus heridas, pero con el tiempo accedió a dejar que se recostara, aunque se negaba a irse de donde fuera que estuviese ella, casi parecía que era parte de su cuerpo.

Con mucho esfuerzo convencieron a Koga de salir un momento a buscar hierbas medicinales para ella, pero en realidad era una excusa para hacerlo salir un rato, el no sabia cuales eran las que servían y las que no, así que se limitaba a guardar la que Kagome y Kaede le pasaban.

No fue fácil hacer cambiar de parecer a alguien tan terco, les costó mucho pero ya que las dichosas hierbas eran para su amada no pudo negarse por mucho tiempo.

Kagome —Anciana Kaede, ¿Cree que estas sean suficientes?

—...Si, con esas bastan

No estuvieron fuera por mucho tiempo, a Kagome le hizo un poco de gracia ver a Koga cargar con una canasta de hierbas medicinales pero no dijo nada, sabia perfectamente por que lo hacia.

O mas bien, por quien.

Para cuando Koga regresó al lado de ___, ella se encontraba sentada, observando el exterior desde la ventana un tanto somnolienta y desorientada. El lobo abrió los ojos con sorpresa casi como si lo que veía fuese nada más que una alucinación producto de su estrés y sus preocupaciones, ella se percato de su presencia y lo miró, sonrió con dulzura.

Dejo de lado la idea de que se tratara de un espejismo, se apresuró a envolverla de nuevo entre sus brazos

—¡___!

La Chica De Túnicas Oscuras. (Koga x ___)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora