La Chica De Túnicas Oscuras. (Koga x ___)

Redención.

----Advertencia de contenido sensible----

(Desde un principio puse a la historia dentro de la categoría de ''Contenido para adultos'' pero aun así me veo en la obligación de poner este tipo de advertencias considerando que puede haber gente sensible.

Pondré una marca al principio y al final de la escena en cuestión para que sepan hasta dónde saltar, si es que así lo quieren.

Sin más que decir, puedes leer bajo tu propio riesgo)

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Ambos chicos estaban sentados en el patio, la noche ya había caído pero a ninguno de los dos le importó. La gente curiosa por fin se había ido, aunque uno que otro seguía dando pequeños vistazos por sus ventanas.

Koga abrazaba a ___ desde los hombros para darle algo de consuelo, desde que se enteró de lo que había sucedido no articulo palabra, tampoco derramó alguna otra lágrima.

Simplemente se quedó así, con sus ojos mirando a la nada mientras se sumergía en sus pensamientos. Él tampoco sabía qué hacer.

Al llegar a lo que entendió después que era su casa, unas personas uniformadas le impidieron la entrada al inicio, pero al decir su nombre dejaron pasar a ambos.

Una persona preguntó por sus datos y le contó lo sucedido.

El padre de ___ había estado comportándose extraño desde hace algunas semanas. Era muy distante, más malhumorado pero a la vez parecía estar deprimido por algo, varios vecinos, incluyendo a la Señora Honda, se preguntaban qué era lo que pasaba. Finalmente después de unos días de no ver a su hija más joven tomó su teléfono y la llamó directamente, pero por alguna razón nunca contestó, se preocupó y decidió preguntar.

Nadie podría culparla si estaba preocupada, después de todo llegó a cuidar a la pequeña cuando iba a escuela primaria, así que tenía toda la confianza de su familia.

Para su horror supo por fin lo que pasaba dentro de aquella casa que aparentaba ser normal.

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Sin ningún tipo de filtro, le había confesado que llegó a golpear varias veces a su hija pequeña, en ocasiones hasta el punto de dejarla adolorida por varios días, llena de moretones y rasguños.

Incluso contó el haberle arrancado varios mechones de cabello en aquellas veces donde la tomaba del mismo, dejándola sangrar un poco en contadas ocasiones. La Señora Honda no podía creer lo que este hombre era capaz de hacer con tal de mantener un dominio estricto sobre ella; las veces que la vio escaparse por su ventana comenzaban a cobrar sentido.

Agradeció internamente nunca delatarla cuando la veía fugarse.

Ella pensó por un momento lo peor, que tal vez fue capaz de hacerle un daño irremediable y se vio obligado a esconder su evidencia, pero para su tranquilidad le aclaro que simplemente se escapó, aun así, le enfureció y a la vez le entristeció no haberse enterado antes, pudo haber ayudado a la pequeña a salir de ahí; tenía que conformarse con que ahora estaba a salvo.

Para su sorpresa, él se encontraba realmente arrepentido de todo eso.

Su escapada le hizo darse cuenta de cuánto la amaba en realidad, fue la única que se quedó mientras todos los demás lo habían abandonado, todo por la falsa esperanza de que tal vez cambiaría y regresaría a ser el padre amoroso que ___ sabía que era antes. Pero no fue así. Su paciencia se agotó y se fue también.