La Chica De Túnicas Oscuras. (Koga x ___)

Compromiso

Casi tuvo que rogarle de rodillas, pero al final Ayame logró que Koga escuchara lo que tenía que decir, aunque él estaba distante y ni siquiera la veía, seguía escuchándola; más que nada porque se encontraban en el mismo espacio y no porque realmente lo quisiera.

Porque a pesar de lo que había hecho, no podía ignorarla del todo si además venía a tratar asuntos de los clanes, si la hacía a un lado a pesar de eso podría perjudicarle como líder de una manada.

—Ahora mismo estoy concentrado en otra misión, no puedo ayudarlos...

—¿Misión?, ¿Te refieres a la humana?

—Si, pero además...tengo que perseguir a Naraku y vengar a mis camaradas

Ayame suspiro, sabía que ya no tenía sentido hablar con él, no iba a ayudarlos, mucho menos después de aquella pelea con la humana que aparentemente era ''su prometida''.

—Le diré al gran sabio tu respuesta...intentaremos resistir lo más que podamos.

Ayame se fue, Koga se quedó solo, mientras tanto ___ regresaba a la aldea sin siquiera aflojar el paso un poco, en algún momento sin darse cuenta, las lágrimas habían comenzado a salir de sus ojos sin parar, eso estaba comenzando a molestarle y debido a que su vista era borrosa tuvo que detenerse bajo la sombra de un árbol.

Jadeaba por la reciente actividad física y por el llanto silencioso, estaba cansada tanto física como mentalmente. Se sentó en el suelo tratando de tranquilizarse a sí misma.

Un yokai que pasaba por ahí se dio cuenta de su presencia y bajo a ver con curiosidad, en ese instante ___ no se dio cuenta, pero este yokai era exactamente igual al que se había encontrado por primera vez desde que llegó aquí. Un ave con rasgos de reptil, de no ser por las diferencias en las plumas hubiese pensado que era el mismo de aquel entonces.

El yokai hizo un par de sonidos extraños que parecían estar combinados con siseos, pero su tono era casi tan triste como los sollozos silenciosos de aquella chica.

Al no tener respuesta, frotó su cabeza contra su mano en un intento de consuelo, ___ alzó la mirada para ver a aquella criatura, agradeció el gesto, pero eso no logró hacerla sentir mejor.

Esta vez no tenía a nadie con quien desahogarse, no tenía nadie a quien abrazar ni nadie que pudiese detener sus lágrimas, después de tanto tiempo se había sentido sola de nuevo.

La criaturita no se despegó de su lado, incluso se acomodó alrededor de su cuello como una serpiente y se quedó a su lado el resto del día, puede que no fuese el ave de la otra vez, pero estaba la posibilidad de que estuviese relacionada con él, o si no ¿Por qué se comportaba de forma tan amistosa con ella?, no había otra explicación.

Cuando por fin sintió que las lágrimas dejaron de caer, siguió con su camino, pero esta vez a un paso más tranquilo.

''Tal vez sea lo correcto...ni siquiera sé si podre quedarme después de que la perla se purifique...''

''Es mejor que se quede con Ayame...y yo...''

''Y yo...tengo que salir adelante...¿Verdad?...o al menos es lo que...se debe hacer...''

Al principio quería irse a su casa en el presente, pero la cabaña le quedaba más cerca. En el trayecto escuchó varios ruidos entre los árboles, al inicio estuvo en alerta solo por inercia, pero ya no le importaba qué es lo que sucediera. Los ruidos se intensificaron y la criatura gruñó con agresividad al bosque, pero ella siguió caminando sin siquiera titubear, ignorando por completo lo que sentía.

Había sentido los fragmentos de la perla, sabía de antemano quien era, pero no tenía caso defenderse si ahora mismo estaba sola, no podía ganarle.

Una figura se interpuso en su camino, era Naraku