Cap. 23 (maldición)

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Adara: me gustaría pedirte un favor si no es mucha imprudencia –habló Adara haciendo que los 2 dejaran de pelear y todos la mirábamos, ella me miro a mí y luego dirigió su vista a Daniel

Daniel: cierto, cuando llegaste, estaba buscando tu paradero, tenemos un problema y creo que eres la única que nos puede ayudar, bueno las 2, y me gustaría saber si estarían dispuestas –dijo mirándonos a Rubí y a mi

Selene: no seas idiota, sabes que haría cualquier cosa por ti mugroso, incluso mataría a alguien sin preguntar por qué –dije y todos me veían sorprendidos, bueno, todos menos él, ninguno en esta habitación sabía de lo poderoso que era nuestro lazo de hermandad

Daniel: si lo sé, es solo que no es algo sencillo –murmuró sentándose frente a mi –necesitamos tu ayuda para romper una maldición –soltó de repente y yo lo miré entrecerrando los ojos

Selene: no sé por qué, pero tengo el presentimiento de que tiene que ver contigo –dije mirando a Adara y ella asintió --¿Qué tipo de maldición es? –pregunté cruzándome de brazos, todos nos observaban

Daniel: bueno, una persona se obsesiono con ella desde su nacimiento, le lanzo una maldición de nacer sin su mitad, para que pudiera ser de él, pero la maldición no se cumplió, y lanzo otra cuando vio que si había encontrado otra, Sabes que en cuanto la marcara, ella sería inmortal y el uso eso a su favor, la maldijo con no poder dar a luz con su cuerpo inmortal, si no era así ambos morirían –dijo y Adara sostuvo su vientre y vi como sus ojos se llenaban de lágrimas –como puedes ver esta solo a unas semanas de dar a luz, necesito que me ayudes Mía –dijo y en sus ojos veía la suplica

Rubí: oh vamos, a él si le permites llamarte por tu primer nombre –se quejó como niña chiquita y yo la miré molesta

Selene: tu cállate, aún estoy molesta contigo –bramé furiosa y ella agacho la cabeza –necesito saber quién fue el de la maldición, solo a si encontraremos solución –dije y vi como Daniel y Adara sonrieron al saber que los ayudaría

Adara: fue Eros con ayuda de su madre Afrodita –soltó y yo por poco me eche a reír de la histeria

Selene: genial, eso nunca se había visto, bueno la tenemos difícil, casi imposible, es una maldición de 2 dioses, y dioses poderosos –dije mordiéndome el labio y miré una de mis flechas, como si en ella fuera a encontrar la repuesta que necesito

Daniel: ¿entonces no podemos hacer nada? –preguntó y me llego una idea

Selene: la verdad, es que no se –dijo y su mirada decayó –pero puedo pedirle ayuda a mi guardián –musité y todos volvieron a mirarme, incluso Rubí

Ryan: ¿un guardián? –preguntó confundido

Selene: es un espíritu de dragón, el primero que existió, él es quién se encarga de entrenar a cada jinete y los protege hasta que ellos puedan hacerlo por sí solos, como Rubí y yo somos las ultimas que han nacido hasta ahora, no tiene a quién entrenar, así que lo nombramos líder del clan, ya que no podíamos estar todo el tiempo en él y protegerlo, además de que mantiene todo en orden... los dragones jóvenes pueden ser –hice pausa buscando la palabra correcta –algo desastrosos –termine de hablar

Daniel: ¿Cuándo vamos con él? –preguntó ansioso

Rubí: no es necesario, es un espirito, vendrá si lo invocamos –dijo obvia y todos se miraron como si fuera lo más tonto del mundo

Suspire poniéndome de pie y Rubí lo hizo conmigo sin quejarse, tomé unas de mis dagas y ella hizo lo mismo con la otra, nos miramos e hicimos un corté en nuestras manos al mismo tiempo antes de unirla y que nuestra sangre se mezclara, pero por extraños que parezca no manchaba el piso, desaparecía antes de llegar

Rubí: querido y misericordioso guardián, tus protegidas necesitan ser guiadas por tu inmensa sabiduría –comenzó a recitar el hechizo de invocación, su voz temblaba un poco, era la primera vez que lo hacíamos, casi siempre íbamos con él

Selene: necesitamos contar con él apoyo que nos has dado una vez más, necesitamos los conocimientos del dragón más antiguo, él primero que existió y el mismo que se convirtió en espíritu para seguir ayudando a sus hijos aún después de la muerte –terminé de hablar, mi voz al contrario de la de Rubí era fuerte

Sele y Rubí: Como nuestro guardián, exigimos tu presencia Eridian Ralthay –dijimos con fuerza y fue cuando me di cuenta de que todo lo que estaba cerca de nosotras, daba vuelta alrededor, y que todos se habían alejado poniéndose en un rincón y protegiéndose con una mesa, una luz comenzó a emerger en el centro de la sala, en cuanto se disipo en su lugar estaba un hombre, no parecía tener más de 50 años y se conservaba muy bien

Eridian: valla, valla, pero si son mis ginetas favoritas, nunca pensé que usarían nuestro lazo para arrastrarme hasta este lugar –dijo mirando a nuestro alrededor

Sele y Rubí: Rey dragón –saludamos haciendo una leve reverencia con la cabeza

Eridian: Princesas de los dragones, Protectora del día y de la noche –dijo usando el título que solo usábamos con ellos y haciendo una leve reverencia –es un gusto volver a verlas, pero ¿para qué me llamaron? –preguntó sentándose en el sofá y estirándose –debo de admitir que extrañaba tomar esta forma, deberían de necesitarme con más frecuencia –dijo mirando sus manos, era entendible, si no necesitáramos sus conocimientos su forma fuera un dragón, que es su forma original

Selene: queremos romper una maldición de 2 dioses poderosos –solté sin más y el me miro interesado esperando a que continuara –necesitamos encontrar una forma de romperla sin lastimar a la madre y a el bebé –seguí hablando y el me miraba con esa mirada que siempre hacía, era muy sabio, y sobre todo sabía muchas cosas, demasiadas

Eridian: es imposible romper la maldición de un dios si no eres más poderoso que él –me dijo y yo asentí esperando a que continuaran –aun siendo más poderoso que él, tu magia debe de poder contrarrestar la de ese dios –termino de hablar y yo fruncí el ceño

Selene: pero –dije al saber que había más y él me sonrió

Eridian: siempre tan intuitiva protectora de la noche –dijo sonriendo, se veía orgulloso –es imposible romper la maldición, pero hay una alternativa, debes de usarla a tu favor para lograrlo –dijo y yo lo miré confundida

Selene: ¿a qué te refieres? –pregunté y él sonrió

Eridian: ya les di información que nadie sabe, mucha de ella, pero al parecer no se han tomado el tiempo de revisar –dijo cruzándose de brazos –yo me retiro princesas –dijo antes de desaparecer de la misma forma en como apareció 

MI MATE ES UNA VIROLOGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora