15 - Feliz

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~• Jack •~

Cambio la posición por una más cómoda. Nunca he entendido el atractivo de masturbarse acostado, es raro e incómodo, especialmente si se puede hacer sentado. Me siento en el sillón, y en un reflejo paranoide volteo a ver la puerta para asegurarme de que esté puesto el seguro; lo está, porque nunca lo olvido. Observo la pantalla del iPad de nuevo, intoxicado y duro como roca por tener los gemidos de Krista en mis oídos, vía audífonos desde luego. Maggie estaba haciendo algo en la cocina, Brandon rondaba cerca. Ni dos semanas han pasado de la última vez que estuve con ella, y ya siento los estragos del síndrome de abstinencia.

Tengo que recordarme que yo tomé la decisión, solo para sentirme un poco mejor, superior en una situación en la que no hay ganadores ni perdedores. Deslizo mi mano lubricada con saliva desde la base de mi pene hasta la punta en un suave movimiento apretado, desatando un escalofrío que sube desde mi rabadilla hasta la base de mi cráneo, obligándome a morder mi labio inferior para ahogar un gemido, incluso si el sonido de la música lo apañaría por completo. No quiero pensar en cuánto la extraño a ella, por lo que hago el mejor intento por bloquear la peligrosa parte emocional y me concentro en la visión de su cuerpo siendo ultrajado por Eric, tratando de pretender que lo único que necesito de ella es su cuerpo.

Tomo más saliva de mi boca, arrecio el movimiento al sentir que ya estoy entrando a la fase final. Eric se la está tirando duro, abriéndole mucho las piernas mientras ella tiene su cabeza en mi regazo, sus delicadas manos aferradas a mis muslos mientras gime fuerte y agudo, los párpados apretados y su hermosa boca roja abierta en una mueca de agónico gozo. Estoy bien con esto. Estoy bien con estar aquí en mi casa, aislado de mi familia para obtener una imitación del placer prohibido, estoy bien aquí mientras Eric se la folla de verdad.

Intento no pensar pero mi mente es imparable, trato de no sentir pero es imposible no hacerlo. Krista me dejó con palabras en la boca la última vez que hablé con ella. La llamé para decirle que no la vería más y una vez que logré que las palabras salieran, hubo un silencio de unos segundos que me hizo llamarla por su nombre, incluso cuando me prometí que no lo haría estando en casa. Krista respondió entonces, con un tono desinteresado formando un "Está bien" que me dejó la peor sensación. Colgó antes de que pudiera decir otra cosa, dejando un vacío que no tiene nada que ver con la herida a mi ego, cuando me di cuenta de que en realidad no le importaba.

No ha atendido a mi clase, pero supe que aplicó para una beca en el extranjero hace unos días. Me enteré gracias a Rebecca, quien al parecer no ha dejado ir el asunto de Krista con Eric, porque su estúpido nombre no es nada común y Eric tuvo la brillante idea de decirle que se acuesta con una muchacha que lo posee. Me ha puesto en un aprieto, ha molido mi amistad con Becca con un solo movimiento, puso en peligro mi relación con Maggie de manera indirecta y no lo sabe, y si lo sabe no le importa. Mi enojo se dirige a los dos, a Krista y a Eric por igual, y no pasa mucho para que sienta que mi erección pierde rigidez.

—Mierda —gimo, tomando más saliva con aroma a menta y deslizándola sobre mi polla, cuyo vigor flaquea.

La desesperación al respecto me lleva a masturbarme con más fuerza y velocidad, estoy demasiado cerca y no quiero perder un orgasmo que me ayudará a aligerar el peso en mi pecho. Eric sigue sobre Krista en el video pero no me tomo la molestia de adelantarlo para buscar alguno en el que yo sea el protagonista porque no puedo ponerle atención. Entonces cierro los ojos, tratando de perderme en los hermosos sonidos de placer que salen de su boca, tratando de ignorar con ahínco los de Eric, intentando por todos los medios no pensar en que en este mismo instante podrían estar juntos, porque Eric me dijo que Krista accedió a estar solo con él.

DollyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora