#5 Rapunzel

206 26 1
                                    

Un día en un lugar no muy lejano vivía un mercader, su esposa estabas embarazada pero por alguna razón la mujer solo quería comer los ruiponces que crecían en el jardín de la vecina, como el señor era un crack y  no quería pedirle permiso a la vecina tomó las ¿Frutas? ¿Flores?, Lo que sea que sean los ruiponces, para alimentar los antojos de su esposa, eso enfureció mucho a la vecina quien fue a confrontarlos.

Lo siento tanto - se disculpó un millón de veces pensando que a lo mejor debía de haber pedido permiso para tomar las cosas de la vecina - es lo único que quiere comer mi esposa.

Supongo que puedo compartirlos y perdonarlo por robar algunos - o más bien muchos porque llevaba meses llevándole esas cosas a su esposa para que comiera - pero usted tiene que darme algo a cambio.

No tengo mucho dinero - se sentía un poco desanimado por apenas poder pagar la vida de él y su esposa.

Supongo que mi oferta le parecerá tentadora - comentó la vecina con una sonrisa filosa - quiero que usted me de a su primogénito cuando Nazca.

¿Que? Por supuesto que no - se negó ¿Quien le entregaría a su hijo o hija que aún no ha nacido a alguien más?.

Pues entonces se quedará sin ruiponces para su esposa y tendrá que pagarme por los que ella comió - lo de pagar podía hacerlo con tiempo pero su esposa seguiría queriendo y no quería comer otra cosa que no fuera esa.

Está bien, es un trato - murmuró con amargura  acababa de entregar a su queridísima bendición y ya se sentía arrepentido pero no aceptaría que su esposa muriera de hambre junto con el retoño de su vientre solo porque no podía pagar los ruiponces.

Entonces así pasó, su mujer no se quedaría sin ruiponces y su primogénito sería entregado a la vecina, pasaron los meses y nació un hermoso niño con ojos como soles y cabellos rojos pero sabiendo que no debía encariñarse se lo entregó rápido a la vecina quien no dudó, ante la belleza del chico, en llevarlo a una torre alejada de toda civilización allí podría admirar la belleza de un bebé cuando en el embarazo solo se comen ruiponces y guardarlo como si fuera un secreto, más bien como un experimento personal, le daba comida pero también lo mantenía encerrado en esa torre cosa que llegaba aburrir al pobre peruano, no tenía nada que hacer nunca, el tiempo se pasaba volando mientras horneaba, hacía velas y se cepillaba su larga cabellera, su cabello era lo bastante largo como para bajarlo por la única ventana de la torre y que su madre subiera pero el no podía bajar así, tenía miedo de intentarlo después de todo una vez intentó amarrar un extremo de su cabellera a la cama para poder por la torre pero solo logro caer y no pudo soltar su cabello, cuando llegó su madre lo castigó y cerró la ventana por una semana entera prohibiendole siquiera pensar en el paisaje de afuera.

Perú deja caer tu cabello - le dijo su madre mientras estaba por debajo de la torre, así lo hizo haciendo que su madre escalara por la cabellera - bien, te traje un poco de pan, tengo que irme hay algo que debo hacer, no intentes salir.

Está bien madre - murmuró algo aburrido, estaría solo al final y se aburriría más.

Por otra parte en el mismo lugar un príncipe que había ido a cazar vio a la mujer escalar la torre con una cabellera rojiza bastante hermosa, esperó un momento a qué la mujer volviera a bajar con la misma cabellera larga que había usado para subir y cuando esta mujer se fue el estadounidense aprovechó para decir las mismas palabras que había oído mencionar a la mujer.

Perú  deja caer tu cabello - el peruano ni siquiera se percató de que era una voz totalmente diferente a la de su madre solo dejó caer la cabellera, cuando vio que no se trataba de su madre se alarmó y se escondió - hey don't worry no te haré nada - se acercó un poco más al peruano - vamos, quiero verte.

Hmm - no sabía que hacer o decir así que solo se acercó a la luz dejando que el contrario lo viera, a sus ojos era hermoso, esos ojos tan brillantes y dorados como esa cabellera rojiza larga.

Soy estados unidos - dijo antes que nada he hizo una reverencia al chico más bello que había visto jamás - tu nombre debe de ser Perú.

Si - murmuró con timidez pero al recibir una linda sonrisa del de ojos azules se relajó un poco e incluso se emocionó por tener a alguien más en la torre - chispas, ahora tengo un amigo - abrazó al mayor con fuerza.

Así pasaron toda la tarde, hablaban y el peruano le enseñaba todo lo que hacía en la torre, el estadounidense quería enseñarle otras cosas claro que estaban fuera de la torre y de los límites del peruano, aunque tuviera miedo también tenía mucha curiosidad aún así prefería mantenerse al margen durante el momento, todos los días cuando la mujer no estaba el estadounidense iba a ver al peruano y cada vez se enamoraba más de aquel precioso ser inocente igual el peruano cada vez quedaba más atrapado en los encantos del galante príncipe estadounidense un día de esos la mujer vio como el estadounidense pedía al peruano bajar su cabellera, ella estaba furiosa nadie más debía de conocer donde tenía oculto a aquel chico tan especial y menos un príncipe imbécil, después de que el estadounidense abandonada el recinto ella pudo oír como hacían planes para irse juntos y eso fue lo que más la hizo enojar.

Perú deja caer tu cabello - mencionó después de que el otro se fuera para subir.

Saludos madre - el peruano se notaba feliz y ella sabía porque y no lo dejaría salir de esta torre de eso estaba segura.

Tu no irás a ningún lado - en un rápido movimiento cortó el cabello del peruano dejándolo un poco debajo de los hombros - ¿Crees que puede engañarme?, Tu y ese principito no irán juntos a ninguna parte.

Pero madre - lo tomó y lo encerró en la habitación de los castigos, a veces cuando lo castigaba lo encerraba en esa habitación sin ventanas - no, déjame salir - sabía que su amado vendría mañana para sacarlo de ese infierno intentanba forzar la cerradura pero no lograba nada y se sentó a lamentarse.

Cómo era de esperar a la mañana siguiente vino el estadounidense con obvias intensiones de sacar de esa prisión a su amor iba a decirle que solo saltara y el lo atrapaba pero lo pensó mejor y subiría  primero a ver a su amado.

Perú deja caer tu cabello - así sucedió la cabellera rojiza aterrizó cerca de él para poder escalarla y el la subió  - honey vine por ti.

Me alegra tanto - reconoció que era la mujer y no su amado peruano rápidamente desenfundó su espada.

¿Dónde está mi Perú? - preguntó apuntando hacía la mujer.

¿Usa? - escuchó en la puerta que estaba al lado se dió cuenta de inmediato que su amado estaba encerrado allí.

Liberalo - le gritó a la mujer para que dejara salir a su amado, según el estaba en ventaja pero la mujer logró esquivar la espada y usarla contra el mismo estadounidense..

Hecho esto liberó al peruano que lo primero que hizo fue ir hasta donde su amado y llorar porque este estaba perdiendo la vida, sentía que su corazón se rompía cada vez que este acariciaba su cabeza y le decía que estaría bien mientras el estuviera bien, se sentía tan miserable por no haber hecho nada para proteger a su amado.

Ahora vámonos - dijo la mujer intentando arrastrar de la mano al peruano pero este no de dejó.

No, no iré contigo - se levantó rápido y en un movimiento  empujó a la mujer quien cayó por la ventana - jamás - después de eso regresó a su lugar abrazándose al pecho de su amado llorando de nuevo.

Al parecer en este mundo si hay magia y esa magia se apiadó del pobre peruano dándole otra oportunidad a su querido y amado principe quien mágicamente fue curado de sus heridas despertando al instante de su ensoñación de muerte y siendo lo primero que vio sus dos soles favoritos cristalizados por algunas lágrimas.

No llores honey estoy bien - murmuró para que después el otro lo abrazara con  fuerza aferrándose a su pecho soltando lágrimas - tranquilo, todo está bien - besó la cabeza de su amado abrazando un poco el cuerpo frágil y tembloroso de este - vamos tenemos que salir de aquí.

Se fueron dejando atrás esa torre y todas las malas experiencias del peruano, formarían una mejor historia con mejores recuerdos ellos dos juntos.

Historias vergas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora