#20 ricitos de oro

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Perú se hallaba paseando por el bosque, para un niño de 16 años como el esto no debería de ser normal pero sus padres no prestaban la suficiente atención como para ver qué este viajaba de un lado a otro por medio del bosque, siempre hallaba algo bueno que ver ya sea vegetación, animales o cuevas, se supone que en el lugar había osos y el se esperaba que vivieran en alguna de las cuevas que había encontrado mediante toda la región pero al parecer era más simple de lo que pensaba, vivían en una residencia, una casa muy pintoresca en medio del bosque que le pertenecía a aquellas criatura mitad oso mitad humanos, podían hablar, comunicarse y vivir como un humano era algo muy extraño pero lo más extraño era que a Perú no le pareció raro del todo, la casa era interesante ¿Podría hablar con alguno de los residentes de la mansión?, Siempre pensó que seria buena idea llegar hasta ella y llamar a la puerta por si uno de los ositos quería jugar con el aunque nunca fue lo suficientemente lejos como para ver la casa, hoy si, ¿Que tenía que perder?, Es más, ganaría un par de amigos ¿Cierto?.

Hola - llamó a la puerta de la mansión dónde vivían los ositos pero nadie le respondió evidenciando que a lo mejor no había nadie en la casa - ¿Hola? - la puerta estaba abierta, lo dudó por un minuto pero decidió pasar al complejo.

La mansión era algo grande y tenía unas decoraciones victorianas, supuso que los osos tendrían que ser muy ricos aunque no encontró que podrían hacer esos osos como para tener tanto dinero y una casa mejor que la suya, aunque todas las casas del pueblo eran mejores que la suya, sus padres no tenían planeado remodelar en nada aquella vieja cabaña ni que les importara de todas maneras no se la pasaban allí, se fijó que en la sala había unos sillones, supuso que toda la familia podía sentarse alrededor de la chimenea para sentir el calor de esta cuando estaba encendida ahora mismo no lo estaba pero podía sentir lo fresco que venía de fuera con las ventanas abiertas.

Supongo que puedo sentarme - se sentó en el sillón individual más grande pero era demasiado duro para el, estaba firme eso sí pero aún así era incómodo - mejor probaré con este otro - sentó en el que estaba directamente al lado - Auch -no era incómodo era muy suave de verdad pero sin darse cuenta se picó con una aguja, mamá oso debía de tejer con normalidad - este se ve mejor - se sentó en el siguiente -ok, si está cómodo.

No era la cosa más cómoda del mundo particularmente pero con eso podía descansar un rato mientras lo fresco del viento le llegaba,lastimosamente rompió un poco aquel sillón, no fue su intención pero debió de tener más cuidado con aquel sillón que probablemente alguno de los hijos del oso mayor reclamaría pero estaba seguro de que podría explicarle que nunca fue su intención romper nada solo quería pasar el rato por allí, recordó que no había comido nada tampoco se pensó por un momento viajar hasta la ciudad para buscar algo de comida o por consiguiente salir a buscar manzanas, miel o semillas pero viendo que allí había avena ¿Porque arriesgarse a salir?.

Hmm huele muy rico - quizá los osos no se enfadarían si comía un poco después de todo el tenía más hambre de la que ellos podrían tener ahora mismo - no creo que les importe - probó un poco del plato más grande - ah - más se quemó la lengua porque estaba muy caliente, dejó de lado el plato más grande pasando al plato mediano - iack, está más frío que el corazón de ella - murmuró a lo bajo sin querer probar ni un poco del plato frío, el resto de platos también estaban frios a excepción de uno que estaba lo suficientemente caliente para comerlo sin llegar a quemarse la boca - hmm está perfecto.

No planeaba acabarselo pero de verdad moría de hambre, hace días no comía nada tan rico como eso, tal vez le hacía falta comprar más ingredientes en la ciudad para hacer su propia comida o tal vez pedir la receta de esa avena no estaba de más pues estuvo muy deliciosa, continuó con su travesía por la casa de los osos pensando en que debería de regresar a la suya o ir afuera para por lo menos esperar a los osos desde fuera pero al ver las habitaciones de estos sintió que tenía sueño, ellos tenían camas muy bonitas, entró a dónde dormían los padres.

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