Historias vergas

#24 Romeo y Julieta

Está historia comienza como muchas, dos familias que se odiaba hasta la muerte, los Fernández y los kinglard.

Estas dos familias tenían muchas diferencias, desde el idioma que practicaban, que para los Fernández era mayormente español e italiano y para los kinglard eran el francés e inglés, hasta la vestimenta, incluso sus hijos se odiaban aunque ellos realmente no sabían porque ya que no estaban metidos en las disputas de sus padres, de todas maneras ¿Recordaban porque habían empezado a pelear?, No lo creo.

No podían verse a la cara, ninguno de sus miembros, en tanto se conocieran y supieran que eran de la otra familia se odiaban automáticamente o al menos eso intentaban ya que para algunos era difícil hacerlo, era difícil odiar a alguien que apenas conocías y era así, algunos miembros ni siquiera se habían visto una sola vez como era el caso de nuestros protagonistas pero todavía no es tiempo para eso primero lo primero.

No voy a casarme con el - comentó el peruano encerrandose en su cuarto completamente molesto con su padre, no tenía derecho a decirle cuando ni con quién se casaría.

Cariño por favor sal - no le hizo caso a su padre, estaba tan molesto con el mayor por lo que había hecho que solo quería permanecer encerrado en su cuarto por el resto de su vida - cariño, esto es lo mejor, lo entenderás algún día.

Solo se echó a llorar en su habitación, aún no estaba seguro de lo que quería en su vida pero si sabía que casarse con ese hombre no era lo que quería para el, sabía que su padre no tenía malas intenciones y que había tomado la decisión basada en un juicio completamente lógico pero aún así no quería casarse, sentía que no había encontrado a la persona especial que lo haría querer sentar cabeza, hoy no era la ocasión y menos cuando estaba tan triste, al final no tenía ni voz ni voto en esa decisión.

Intentaron convencerle de todas las maneras posibles, sus hermanos siempre estaban tratando darle ánimos diciéndole que no encontraría ningún hombre más rico y que lo tratara bien como ese que le había buscado su padre, pensaron que al decirle que sería feliz aceptaría pero no sé dejaba convencer tan fácilmente apenas conocía al príncipe con el que se casaría y no pensaba hacer eso a menos que en verdad sintiera algo.

Vamos, te vas a divertir - le intentó convencer su hermano el mexicano sobre ir a la fiesta que celebrará su padre.

No pienso ir a ningún lado y menos si va a estar el - estaba completamente convencido de que no quería ver a ese tonto con quién se casaría.

Mira no estás obligado a convivir con el, ven por nosotros ¿Si?, A boli le encantaría - supuso que estaba bien, por lo menos si era por su hermano menor ya que al pequeño lo quería mucho.

Está bien - contestó, no pasaría nada malo quizá la fiesta sería divertida y todo eso.

Por otro lado en la casa de los kinglard estados unidos soportaba como siempre las charlas de su hermano sobre su depresión al no poder entablar siquiera una conversación con México ya que este era de la familia Fernández, no tenían derecho a siquiera verlos y aunque pudiera el mexicano seguro lo aborreceria por ser de la otra familia estados unidos ya estaba cansado de oír a Canadá mal por eso, estaba dispuesto a ir a la fiesta de ellos solo para hablar con el mexicano quizá sabría porque le gustaba a su hermano porque a él le parecía solo un troglodita estúpido, en fin, ese día fue a la fiesta y aunque no se pudieran ver ni en pintura tendrían que soportarse, pero fue en ese momento que estados unidos lo vio, ojos como dos soles, hermoso cabello rojizo y una sonrisa adorable, se quedó embobado por un momento hasta que el peruano miró en su dirección quedando algo sorprendido por la apariencia del otro que a su parecer era muy guapo.

¿Quien es el? - el preguntó a su hermano mayor que estaba parado a un lado de el, el estadounidense se acercaba de a poco tratando de armarse de valor para hablar con Perú.