Historias vergas

#10 Caperucita roja

Esta es la historia de un pequeño chico llamado Perú que amaba usar una capucha roja con motivos de sus antepasados, esa capucha se lo había hecho su madre era la persona que más amaba en el mundo en estos momentos, un día supo que su abuela, a la cual no conocía muy bien y tampoco es como si le agradara demasiado, estaba enferma.

Tu abuela está enferma y yo no tengo tiempo para ir - murmuró su madre, era una mujer muy ocupada - así que quiero que le lleves está canasta con comida.

Ugh - no le agradaba mucho su abuela pero por su madre haría lo que fuera cualquier favor que le pidiera - por ti lo haré.

Te quiero cariño - besó la frente de su hijo, el peruano sintió una agradable calidez maternal - una cosa antes de que te vayas, no vayas por el bosque.

¿Porque no? - le resultó curioso, quería respirar el aire fresco del bosque y recoger algunas flores pero ahora no sabía porque no podía hacerlo.

Hay reportes viajeros desaparecidos - no le aprecia de importancia que se perdieran algunos idiotas viajeros que no eran de por allí - creen que han Sido los lobos así que mejor no vayas por allí ¿Está bien?.

Seguro mamá - la planeaba obedecer después de todo lo amaba como para negarse a hacerle caso - nos vemos - se despidió tomando la canasta dispuesto a irse donde su abuela tomando el camino del campo.

El planeaba hacerle caso a su madre y pasar por el campo pero algo en el bosque le llamó la atención, no quería desobedecer a aquella persona que lo amaba mucho, que lo quería más que nada en el mundo pero había algo que no podía ignorar de aquel lugar lleno de árboles, con cuidado se adentró un poco en las frondosas lejanías del bosque, no vio mucha cosa, era un bosque normal, bueno, a su parecer muy lindo ya que podía respirar aire muy fresco y recoger algunas flores de colores lindos, se sentía mal por desobedecer a su madre pero no pudo resistirse a seguir su camino en el centro boscoso recogiendo flores para adornar la canasta que le daría a su abuela claro que esperaba que a aquella mujer le gustara pues se había esforzado para que se viera tan linda su canasta preciosa lo que el peruano no sabía era que un lobo, para ser más específico un licántropo lo observaba de la lejanía, no era la primera vez que veía niños pasear por el bosque solos pero si era la primera vez que tendría que cazar algo, estaba desilucionado al ver al peruano allí, su padre le dijo que tenía que cazar pero esperaba que lo primero que viese fuese un conejo lo cual no le costaría menos pero al menos le daría menos pena, no quería casar a un niño tan lindo, en realidad no quería cazar a nadie preferiría vivir como le hacen los humanos con la comida comprada donde el no tenía porque saber cómo murió el pobre animal pero su padre era muy diferente a eso y no lo aceptaría así como era, solo observó hacía el chico un momento hasta que esté se movió, intentó retrasar su encuentro pero no pudo hacer más cuando aquel se agachó a recoger flores.

"Ok" dijo en su mente mientras se aproximaba a su víctima que inocentemente cogía lindas flores del suelo "remember what dad taught you" estaba nervioso pero recordando lo que le mencionaba su padre continuó en calma "inhale, exhale and..." Observó al peruano, resplandecía en un aura inocente cuando olía las flores y sonreía por el aroma de estás - awww.

Ah? - se volteó al oír ese ruido sorprendiendose cuando vio al licántropo que su madre le había mencionado, se tropezó y cayó, se cubrió con los brazos teniendo que sería devorado por el contrario.

I can't do it, I can't do it, I can't do it (no puedo hacerlo, no puedo hacerlo, no puedo hacerlo) - el peruano no entendía el inglés que estaba usando el estadounidense ni porque se removía como nervioso mientras el solo lo miraba esperando a ser comido o algo así - oh, how anyone could kill a being of such purity and innocence, simply inconceivable (oh, como alguien podria matar a un ser de tanta pureza e inocencia, simplemente inconcebible).