OWNLESS〰kaz brekker

𓅰 ━━━━𝔟𝔩𝔞𝔠𝔨 𝔰𝔴𝔞𝔫

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» 𝔥𝔢𝔞𝔯𝔱'𝔰 𝔰𝔱𝔦𝔩𝔩 𝔟𝔢𝔞𝔱𝔦𝔫𝔤 𝔟𝔩𝔞𝔠𝔨 𝔞𝔫𝔡 𝔟𝔩𝔲𝔢«

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   —𝔖epárense. Es más fácil enfrentarse a un grisha que a todo un escuadrón. Nos vemos en la fuente— mi orden era siempre seguir a Kaz mi instinto trabajó por si sólo. Me preparé mentalmente para lo que se acercaba, si nos atrapaban, nos enfrentaríamos a Grishas del Segundo Ejército, era sí o sí morir o vivir cautiva, ahora sí, por el resto de mí vida.

Cambié mi aspecto mientras avanzábamos entre la multitud para perdernos entre las calles de la ciudad. Pero no sirvió de mucho cuando al, apenas salir del bar nos encontramos a una vendaval, una inferni y un mortificador frente a nosotros.

—¡No!— gritó la inferni. Había reconocido a Inej.

—¡Muévanse!— Nos separamos entre nosotros y rápidamente hice mi mayor esfuerzo para cambiar tanto mi aspecto como el de Kaz, pero por alguna maldita razón no podía. Aún así el hizo uno de sus trucos para cuando una Vendaval nos perseguía.

Avanzamos, entre las sombras de estrechos callejones, tratando de alejarnos lo mejor posible de la cantina. Hasta que nos interceptó el mismísimo maldito Darkling.

—Sé que secuestraron a mi Invocadora del Sol. Y ahora me dirán dónde la escondieron. No escaparán tan fácil Señor Brekker, Señorita Miklova... ¿O debo llamarlos "Manos sucias" y "Cisne Negro"?—

—Nosotros no fuimos, ella huyó sola...

—¿Dónde está?

—No lo sé.

—Quedó muy claro que no le interesaba estar cautiva nunca más. Quizá ya está a medio camino a Nobizen.

—Debieron quedarse en Ketterdam, Señor Brekker, pero en especial tú ¿Saben? Es un poco imposible no conocerlos, son el estafador más reconocido y su guardia, la mejor arquera de todo Ketterdam... Además de ser una mujer particular ¿O no, Señorita Svane...?

—¿A qué quiere llegar? 

—Bueno... Ya que no vivirán mucho para contarlo, sería mejor empezar a llamarte por un apodo... ¿Qué tal... sobrina?

—¿Qué?

—Svane —advirtió Kaz.

—Svane Miklova, hija de Syrone y un hombre de apellido Miklova... Jamás lo conociste ¿verdad? Murió cuando intentaba... escapar de una vida llena de lujos por lo que el creía que sería... libertad—

—Ve al punto...

—Tranquila, aun falta. Si quieres llamo a mi Mortificador más fiel, sólo para que ralentice un poco tu ritmo del corazón...—amenazó. —A lo que quiero llegar es... que tan frágil y leal ha de haber sido tu madre que ni siquiera quiso inculcarte sed de venganza por su pobre y joven esposo muerto... Su nombre, escrito en la antigua historia de Ravka pero ya muy olvidado...

—Eburus— susurré.

—Oh, sí te lo enseñó...

—Jamás dijo que era el nombre de mi padre... O lo insinuó —

—Por supuesto que no... Pero al menos debes saber su significado, ¿Verdad?—

—Oscuridad, y como el de ella era halcón decidieron unir los significados y ponerme el nombre de un ave de plumaje oscuro— concluí.

—Inteligente... Así como el cisne... Pero más allá de eso, debes saber que tu padre no era sólo un Agitamareas. Tu padre, mi hermano, Eburus Kirigan, un contrario a la sombra... Que murió por culpa de quién la creó... Yo.

Todo era tan confuso.

—Es imposible... Fue un antepasado tuyo quien creo esa cosa...

—Yo soy eterno, mi linaje lo es... Y tu propia abuela sigue viva.

—Si era eterno mi padre ¿cómo lo mató la sombra?

—Nuestros demonios se convierten en nuestros asesinos...

—Dijiste que tu la creaste—

—Pero eso no quita el que era un invocador de la misma Sombra.

—Mientes.

—¿Cuáles crees que podrían ser mis razones?

—No las sé, ni me interesan...

—Entonces quizá te interese esto— sacó un sobre gordo de su bolsillo y lo mostró en el aire.

—No me interesa tu dinero...

—No lo es, son registros de tu padre y también de tu madre... Los verdaderos, no las falsificaciones que tu madre te mostraba de pequeña, no las que llevas a cada parte que vas como una protección, jamás lo fueron Svane... Eres una Kirigan y el linaje de la oscuridad corre por tus venas, siempre ha sido así...

—Jamás he manifestado la Pequeña Ciencia. Pero... esto no es una coincidencia...

—¿Y como has hecho todas esas cosas para que llegaras hasta aquí? ¿Cómo sobreviviste? Puede que no lo hayas manifestado, quizá por el hecho de que no lo sabías pero tu potencial está ahí... Y puedo ayudarte a aprovecharlo— Dió dos pasos frente a mí. Y no habría notado que el maldito estaba invocando el corte, de no ser porque en ese mismo instante Kaz lanzó una bomba de humo que arrancó de mi cintura y nos desaparecimos de la vista de Kirigan.

—¡¿Qué fue eso?!

—No lo sé, yo... Lo siento

—Ahórratelo— dijo para entregarme de manera tosca el sobre color madera. Comenzó a caminar cojeando en dirección contraria a la mía, dejándome atrás.

—Déjame ayudart

—Aléjate, Sombra.

—¿Vas a rechazarme por eso?

—No... Tú lo hiciste primero al no escucharme, cada vez que dije tu nombre mientras Kirigan te mentía en la cara... ¡Ve a saber si los propios registros no son falsos, es el General de Ravka, tiene acceso a lo que quiera!

—Yo... No te oí, lo juro...

—Por supuesto que no me oíste, estabas en un trance con su patética cara.

—Oye, no te pases... Kaz escúchame— intenté tomarlo del guante, pero me apartó y me golpeó el brazo contrario con el bastón.

—Ya, entiendo— seguí mi camino. Esta vez dejándolo a él atrás.

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