Capítulo 1

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—Fui muy claro contigo, tenías que venir sola.
—Te aseguro que obedecí.
—¡Pequeña zorra! ¿Acaso me crees imbécil? Sabes cómo se paga la desobediencia.
—Por favor, no.
—¡Oh Claro que sí! Puedes darle las gracias a Bestia.
—Por favor no.

—Maddi— aquella voz se escuchaba lejana.

—Por favor, no lo hagas— suplicaba llorando.

—Hey Maddi, despierta! — sentí como unas manos tomaba mis brazos y comenzaban a moverlos —Maddi, despierta.
—Noooo...! Noah!
—Tranquila solo fue un sueño. Tranquila, estamos aquí... ten bebe un poco de agua— observe a mi alrededor, solo para confirmar que todo había sido una pesadilla, aun así, me fue imposible no llorar. A pesar del tiempo me resultaba difícil dejar mi pasado en el olvido.

Estaba por cumplir doce meses desde que una parte de mi había sido arrancada, ¿Cómo podría seguir si una aparte de mi se negaba a ello? ¿Cómo seguir si la persona que mas amaba en la vida, me había sido arrebatada de la manera mas cruel?

Pasaron unos minutos, los tres guardamos silencio, Taylor estaba a mi lado acariciaba mi espalda, tratando de tranquilizarme. En estos meses ella era más que una amiga, sin duda alguna la consideraba como una hermana. Ahora ellos eran esa familia que nunca tuve.

—¿Quieres que te dejemos sola? —negué con la cabeza.
—¿Podrías quedarte aquí? Por favor— suplique como una niña pequeña, temerosa.
—Aquí estaré— se acomodó a un lado de la cama —Ahora solo trata dormir— seria complicado, pero me tranquilizaba el saber que no estaría sola.

—Gracias— me acomode del otro lado de la cama.

Cada noche era un martirió, ese sueño no dejaba de atormentarme, todas las noches era la misma situación, Taylor venia corriendo a auxiliarme, mientras Tristán se quedaba recargado en la puerta observando que todo estuviera bien. Vivía con ellos prácticamente desde que llegué a la ciudad, después de escapar, viaje durante tres semanas hasta que decidí quedarme en esta ciudad, cansada de huir. En una semana se cumplen doce meses de la muerte de Noah y aun no lograba asimilarlo, es como si una parte de mí no se resignara, como si una parte de mi aun tuviese la esperanza de volver a verlo.

Por más que quise conciliar el sueño, fue imposible, los rayos del sol comenzaban a colarse por la ventana, me levante de la cama para irme a dar un baño, Taylor aún seguía dormida, por lo que trate de no hacer mucho ruido.

Me alisté para ir al trabajo, aún era muy temprano por lo que decidí bajar a la cocina para beber un poco de café, esperando que con eso me despertara al cien, después de mi mala noche vaya que si me hacía falta.

—Buen día— estaba tan concentrada que no escuche cuando Tristán entro a la cocina —Lo siento, creí que me habías escuchado entrar.

—No te preocupes, es solo que estaba algo distraída— quise sonreír para tratar de que no se sintiera mal por asustarme.

—Mala noche — se notaba preocupado.

—Si, perdón si te desperté— el me observo con duda, sabía que quería decir algo, pero no estaba seguro —Vamos habla— dije, mientras colocaba una taza de café para él y la otra para mí.

—No me lo tomes a mal, sabes que Taylor y yo te consideramos parte de la familia, es por ello que me atrevo a pedirte— paso su mano por su cabello, mostrando nerviosismo —No sé cómo decirlo.

—Fortachón, puedes decirlo, te prometo que no voy a golpearte por ello— quise bromear un poco, a pesar de mi intento, el permanecía serio.

—Quiero que busquemos ayuda— casi escupo el café — Se que esto es muy difícil para ti, de verdad entiendo que lo que paso es doloroso, pero no puedes seguir así. Tienes que seguir adelante, no puedes actuar como si todo estuviese bien. No estás sola, ahora nos tienes a Taylor y a mí, incluso sabes que mi tía te apoya, solo déjanos ayudarte. Por favor.

Lejos de la Bestia (Parte2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora