—¿Estás seguro de querer hacerlo? —era la tercera vez que Joe preguntaba.
Ambos estábamos alistando todo lo necesario para la guerra que estaba por venir.
—Jamás he estado más seguro de algo.
—¿Puedo preguntar, por qué? —dejó su arma de lado y se concentró en lo que estaba a punto de responder.
—Quiero que ellos sean felices. Lo que suceda conmigo no importa.
—Lo dices como si fueses a morir —en otras circunstancias lo mandaría a la mierda, pero por alguna razón quise justificarme.
—Mi hijo es mi prioridad, así que si tengo que dar la vida por salvarlo. Lo haré.
—Lo que es algo extraño, ya que ni siquiera lo conoces —bebí mi whisky de un solo trago.
—El vídeo que Rod me envió no se ha borrado de mi cabeza —tome un respiro —Ver a mi hijo indefenso, sin entender que era lo que ocurría, removió algo aquí —coloque mi mano sobre mi pecho —Ese pequeño es parte de mí, lleva mi sangre y está en peligro por mi culpa. Así que se lo debo. Daré mi vida para que él —me corregí —Ellos sean felices. Me importa una mierda lo que ocurra conmigo, si su felicidad está a millones de kilómetros lejos de mí, lo aceptare. Estoy dispuesto a mantenerme lejos de su camino a cambio de su felicidad.
—Podemos protegerlos.
—Mi decisión está tomada. Solo cumple tu promesa, es todo lo que pido.
—Y lo haré.
—Es hora de irnos —no le di tiempo a responder. Me levanté y caminé lejos de él.
A pesar de no estar seguro de mi decisión, lo haría.
Maddi ya no me veía de la misma manera en que yo a ella. Dolía, dolía lo suficiente como para confirmar que mi decisión era la correcta. Prefería mil veces verla feliz así fuera en los brazos de otro a verla sufrir por mi culpa.
Desgraciadamente existían enemigos de años y otros tanto que se iban agregando, el destino de mis seres amados estaba manchado de sangre por mi culpa. Ellos eran mi debilidad, mis enemigos los lastimarían solo para llegar a mí, por lo que la única forma de mantenerlos a salvo era estar lejos de ellos o bien morir.
Las camionetas se detuvieron cerca de unas bodegas, esa era la ubicación en donde ellos se encontraban. La adrenalina comenzó a recorrer mis venas, mi corazón comenzó a martillar tan fuerte que amenazaba con salirse de mi pecho. Era la primera vez que conocía el significado de la palabra miedo. Tenía terror de que Rod les hubiese hecho daño, pánico de tan solo imaginar que era tarde para salvarlos.
Joe comenzó a dar órdenes, mi mente estaba en otro lugar. Tuve oportunidad de observar al boxeador y por muy jodido que fuera, él era el indicado para cuidar de ellos, era un buen tipo, se ganaba la vida de forma no tan mala. Estaba seguro de que daría su vida por Maddi, de lo contrario no estaría arriesgándose.
Por un lado, quería golpearlo, pero también envidiaba su suerte. El idiota tenía a la mujer más hermosa, valiente y guerrera que he conocido y el quizás no lo sabía o simplemente lo ignoraba.
Aleje cualquier pensamiento y me concentre en mi hijo. Todo era por él.
¿Como podía amarlo tanto sin siquiera conocerlo? Solo lo había visto por fotos y sentía algo extraño en mi pecho de tan solo recordarlo.
En cuanto Noah estuviese seguro, me encargaría de matar a Rod con mis propias manos, lo haría sufrir por todo lo que hizo, haría que su agonía fuera tan dolorosa que suplicaría por su muerte.
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Lejos de la Bestia (Parte2)
Romance-No estaba segura si Alexander me estaba buscando, si así fuese quizás ya me hubiese encontrado, trataba de no pensar tanto en ello, me concentraba en vivir cada día de manera tranquila, a pesar de no poder olvidarme de lo ocurrido, trataba de recor...