Capítulo 10

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Maddison...

El trayecto a casa fue en total silencio, me concentre en quitarme las vendas de las manos como si eso fuese a impedir que Tris hiciera algún comentario al respecto. El auto se detuvo y antes de que pudiera huir del interrogatorio rompió el silencio.

—¿Puedes decirme que pasa?

—Estoy bien —era más que obvio que no lo estaba.

—Si claro, ahora dilo de manera que tú lo creas. Dime ¿Ruso hizo algo que te molesto? —lo mire a los ojos.

—No. —dije con seguridad.

—¿Entonces que sucede? Tratas de aparentar que no pasa nada cuando ambos sabemos que tuvo que pasar algo para que quisieras irte de esa manera. —abrí la puerta del auto, pero no baje.

—¿Quieres saber qué es lo que pasa?

—Si. Es obvio que me preocupas. —comencé a negar.

—Estoy cansada de aparentar que todo está bien cuando no es así. Estoy harta de tratar de rehacer mi vida, de seguir adelante y no poder.

—Si puedes.

—Nunca podre.

—Maddison, sé que puedes. Solo tienes que intentarlo, no te des por vencida.

—Es fácil decirlo —dije molesta —Quizás se me facilite más cuando esa escoria que me arrebato todo, pague.

—¿Qué quieres decir? —pude ver preocupación en él.

—Quiero que Rod Dickrerson se pudra en el maldito infierno, quiero que conozca el verdadero dolor.

—Tú no eres así. —tomo mi mano dándole un ligero apretón. Antes de que pudiera decir algo más, baje del auto.

Estar lejos de él sería mejor que decir algo que lo hiriera.

Conforme avanzaba hacia la casa trataba de calmarme. No era necesario hablarle de mal modo a Tris, no cuando él no tenía culpa de nada.

—Aguarda, no hemos terminado de hablar —ya estábamos dentro de la casa, me quede de pie, cerca de las escaleras.

Tris caminaba de un lado a otro, pasando su mano por su cabello, estaba tratando de tranquilizarse.

—Maddi, dime que no piensas hacer una locura.

—No creo que es una locura querer que paguen por la muerte de inocentes —detuvo sus pasos, quedando unos metros frente a mí.

—Lo que tratas de hacer es una estupidez, vas a ponerte en riesgo por algo que no puedes cambiar.

—Tienes razón, no puedo cambiar nada de lo que paso, pero te aseguro que hacer que ese maldito se pudra en el infierno lo disfrutare.

—No dejare que cometas un error, tú no eres como ellos —su tono de voz aumento.

—Quizás ese fue mi error, debí ser un poco más como ellos —la puerta se abrió, imagine era Taylor —Puedes estar tranquilo, no somos nada para que te preocupes por lo que pueda pasarme —me arrepentí en cuanto lo dije. El dolor en su mirada ante mis palabras me hizo sentir mal, pero estaba decidida a poner en orden mi vida.

—¿Qué demonios está pasando?

—Pasa que Maddison quiere hacer la mayor de las estupideces, como si eso fuese a cambiar lo que ya paso— se cruzó de brazos, recargándose en la pared —Ah y como no somos nada para ella, no podemos impedir que cometa una locura.

—Primero vamos a tranquilizarnos, estoy segura que todo tiene una solución. Solo necesito que me expliquen bien todo ya que no entiendo.

—Maddison quiere ir a donde sea que se encuentre el asesino de su hijo.

Lejos de la Bestia (Parte2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora