Capítulo 18

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Maddison...

—¿Me olvidaste?

—Jamás me olvidaría de ti, amor.

—¿Me quieres?

—Te amo, cariño. Con todo el corazón.

Su pequeña manita se alejó de la mía, me dedico una hermosa sonrisa para después correr. Tarde en reaccionar, en cuanto lo hice seguí sus pasos.

—Vamos mami, alcánzame —mis pasos se volvían lentos, intentaba correr, pero mis pies se sentían pesados —¡Mami, mami! —los gritos de Noah me llenaron de pánico, no podía verlo.

Sentí ansiedad al no poder encontrarlo.

—¡Noah! —grite con todas mis fuerzas.

—Mami, ayuda —su vocecita cada vez se escuchaba más lejana.

—Noah, Noah —grite con todas mis fuerzas.

Abrí los ojos, en mi campo de visión estaba Dimitri, sus manos sostenían mis antebrazos, su preocupada mirada no se despegaba de mis movimientos.

—Solo fue una pesadilla —se puso de rodillas sobre la cama, atrayéndome a él para rodearme con sus brazos.

Aquel sueño como la mayoría, se había sentido real. Mis mejillas se sentían húmedas debido a las lágrimas que rodaban por ellas. Su mano acariciaba mi cabello, para tratar de darme consuelo. No fue necesario decir nada, él sabía perfectamente lo que me ocurría, me dio su consuelo hasta que mi ritmo cardiaco se regulo, me tuvo entre sus brazos hasta que mis lagrimas dejaron de salir.

—Todo va a estar bien —susurraba, dándome consuelo como una niña pequeña —Estoy aquí, no dejare que nada te pase.

Estaba recostada en la cama cuando abrí los ojos, no sabía en qué momento me había quedado dormida, lo último que recordaba era a Dimitri abrazándome y diciendo tiernas palabras. Me levante de la cama, inspeccionando mi alrededor, estaba sola en la habitación lo cual fue algo extraño.

Abrí la puerta para salir en busca de Dimitri, el silencio fue sustituido por utensilios de cocina, seguí aquel ruido. Sonreí al verlo concentrado preparando comida. Lentamente me acerqué, deleitándome por el exquisito olor el cual fue culpable del rugir de mi estómago.

—Mmm. Huele delicioso —en cuanto me escucho, se giró para mirarme.

Verlo preparar el desayuno era la cosa mas sexi, su playera blanca se amoldaba perfectamente a su musculoso cuerpo, permitiendo que me deleitara por lo grueso de sus brazos; aquel pantalón de mezclilla lo hacía lucir cómodo.

—Pensé que estaría listo antes —señaló el filete que se encontraba cociéndose en un sartén —Quería comer contigo en la cama —sonreí por su declaración.

—Podemos comer aquí y hacer otras cosas en la cama —sí. Lo dije en voz alta lo cual me sorprendió más a mí, que a él.

—Eso suena genial —dejó a un lado el sartén para acercarse. Rodeó mi cuerpo con sus brazos y de manera fugaz beso mis labios —¿Te sientes bien? —me observo detenidamente, podía ver preocupación en su rostro. Sabía perfectamente a qué se debía, pero no estaba preparada para tocar el tema.

—Estoy de maravilla —me puse de puntillas para poder morder el lóbulo de su oreja, un pequeño mordisco y me alejé.

—Hum... estoy tentado a llevarte lo antes posible a la cama.

—Hazlo —intente retarlo.

—No puedo. Antes de regresar allá —señaló hacia su habitación —Necesitó alimentarte.

Lejos de la Bestia (Parte2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora