9. Recreativos

47 10 0
                                    


9. Recreativos

Henry me miró con los ojos llorosos desde su lugar en la mesa.

Le devolví la mirada serio.

Ambos nos encontrábamos en una lucha de poder, queríamos cosas distintas y me negaba a ceder a sus demandas. Tenía que estudiar para un examen que tendría en dos semanas, ya que mi tiempo de estudio se había reducido considerablemente por mis tutorías.

Sin embargo, estaba ante un rival bastante difícil. Henry parecía más decidido de lo habitual.

Azul y marrón seguían mirándose fijamente, hasta que no me quedó más remedio que desviar la vista. Henry sonrió feliz al ver que había ganado.

-Pero solo por una o dos horas- levanté el dedo.

-Eso lo iremos viendo cuando lleguemos- dijo levantándose con una enrome sonrisa- voy a por mí abrigo, deberías coger uno.

Merecía la pena. Perder todo ese tiempo de estudio solo por verle esa enorme sonrisa que llevaba, Henry jamás había estado en los recreativos nuevos y quería ir a probar. Gastaría todo el dinero que había ganado con tal de hacerle feliz.

Como me recomendó mi hermano cogí un abrigo y me lo puse.

Esperé pacientemente delante de la puerta de la entrada, Henry no se hizo mucho de rogar y llegó rapidísimo.

-Ya podrías darte la misma prisa para ir a clase- le revolví el pelo.

Me enseñó la lengua.

Le cogí de la mano mientras caminábamos por la calle. Henry estaba que no cabía en sí de gozo.

Antes de llegar a los recreativos nos topamos con quien menos pensé. Rayla estaba saliendo de un edificio delante de nosotros y no nos quedó más remedio que pararnos.

La rubia se quedó mirándome asombrada, sin esperarse verme por aquí.

Llevaba puesto su uniforme de las animadoras, por lo que deduje que acababa de salir de una práctica. Su pelo rubio estaba amarrado en lo alto de su cabeza con un lazo de color rojo a juego con su uniforme.

-¿Xavier?- preguntó extrañada.

-Hola Rayla- dije algo nervioso- cuanto tiempo sin verte.

Frunció el ceño.

-Nos vimos esta mañana en clase.

Eso llamó la atención de Henry que no tardó en soltarse de mi mano y caminar hacia donde se encontraba la chica. Mirándola fijamente como si fuera un experimento.

-¿Eres compañera de mi hermanito?- preguntó con emoción.

Rayla inmediatamente fijó su atención en Henry, y una sonrisa que jamás había visto apareció en su cara. ¿Esos eran hoyuelos?

-Sí, me llamo Rayla un placer señorito.

Henry se rio.

-Yo me llamo Henry- le ofreció una mano- eres la primera compañera de mi hermano que conozco.

Rayla no se lo pensó dos veces y se la estrechó.

-¿Por qué no me sorprende?- se rio.

Lo que me faltaba. Que mi hermano le diera más munición para que siguiera metiéndose conmigo.

-Además eres muy guapa.

Rayla se sonrojó ligeramente, parecía avergonzada por su comentario.

Estrellas de una misma constelaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora