Parte 12

79 16 1
                                    

Ama sin vicios, entrega sin recompensa, llora sin filtros.


El escuchar a don frío reclamarme como suya, me hace reír. Odia perder el control de lo que cree suyo. Yo le enseñaré que no tengo dueño y que puedo hacer lo que se me antoje, como él anoche, que casi no me dejó dormir con los gritos de la rizada esa que tenía en su habitación.

—Cariño, no hay que ser descortés con Larry. —Lo miro con picardía y sé que eso encabronará a don frío—. Gracias por tan bellos cumplidos. Como sabes, a veces a Elijah se le olvida cómo tratar a una mujer.

—Con una belleza como tú, nunca lo olvidaría. ¿Me aceptas una copa? Bueno, si tu marido te da permiso.

—Es mi marido, no mi dueño, ¿cierto, cariño?

—Claro, cariño. No soy celoso cuando eres una más en la lista.

—¡Cierto! Aunque nadie me iguala en ponerte loco. En eso no tengo competencia.

Dejo que Larry me tome por la cintura para calentar un poco los ánimos. La mona hace su actuación. Los ojos de Elijah son fuego puro y sé que está enojado, que algún castigo nuevo me ganaré, pero a la mierda. Cada ofensa o castigo serán descontados con una de mis ocurrencias.

Aprenderemos a respetarnos o llevarnos de los mil demonios. Está en sus manos hacernos la vida un infierno o llevarnos bien y vivir en armonía.

Como toda una buena actriz seductora, me meto en mi papel. No solo logro que firme con los hermanos Cediel, sino con tres inversionistas más que están por comerme completa con las miradas lujuriosas.

Me hacen sentir incómoda, desnuda, sucia.

No sé si resulta un reto para los hermanos Cediel, que no me dejan en ningún momento. Mis pies arden un poco por tanto bailar. La cara de don frío es todo un poema y trata de darme celos con una tipa de descendencia japonesa o china, la verdad no sé y ni me interesa. Es muy guapa la tía, mas no logra nada en mí. Puede acostarse con todas las chicas de España o todo el mundo si quiere, me da igual, solo quiero mi vida de regreso y quiero a Jeremy de nuevo a mi lado, casarnos y crear esa familia que soñamos tener juntos.

Suena un lindo merengue que me hace menear mis caderas. Las manos suaves de Larry recorren toda mi espalda y me pega muy cerca de su cuerpo. Puedo sentir su virilidad rozar mi entrepierna, pues estoy activando su amigo y no nada mal para la vista, también el toque; el paquete es grande y quiere acción, mucha acción.

Siento un jalón fuerte que me estremece y caigo a unos brazos fuertes, encontrándome con una mirada fría que expresa enojo, un enojo chispeante. Me sujeta fuerte y baila al compás del ritmo. Intento soltarme, pero él impide mi cometido.

—¿No me extrañabas, querida? Te gusta estar en brazos de otro hombre que no sea tu marido.

—Cariño, si estabas divirtiéndote con la china o japonesa esa, no te puedes quejar —satirizo—, ¿o acaso extrañas este lindo cuerpo rozando el tuyo?

—¿Estás jugando con fuego? Mira, Sofía, te puedes quemar. ¿Quieres eso, cariño? —me susurra en el oído.

Todo mi cuerpo se eriza.

—Quizá tanto fuego no queme. Yo juego el mismo juego, respondo a lo que tú me das. Si quieres paz, habrá. Si quieres guerra, seguiremos como vamos. Seré un dolor más fuerte en tu culo, querido.

Me suelto de su agarre y giro sobre mis talones. Todo es inútil con él.

Estampo mis labios contra los suyos y creo un vaivén erótico con nuestras lenguas, que danzan al ritmo de la música. Sigo el beso por las miradas que tenemos encima.

AMO DE LA OSCURIDAD  #TA2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora