Parte 23

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—Jamás tendrás competencia, sumisa. La he dejado ir para siempre y ahora eres la dueña absoluta de mi corazón, amor.

—Eso me encanta, cariño, y como estamos en confesiones, debes saber mi pasado, pero antes... ¿por qué Jeremy me entregó a ti el día de la boda? ¿Por qué ese preciso día?

Su semblante cambia por completo. Lleva sus manos a su rostro, se levanta de su sitio y camino de un lado a otro con la interrogante si debe decirme o no sobre ese trato de los dos. Me pongo a su par para tener respuestas. Son muchos los meses que llevo haciéndome esa pregunta sin obtener una mísera respuesta. Ya es hora de conocer la verdad.

Lo escruto. Él sabe que no voy a desistir hasta obtener lo que quiero y eso es obtener toda la verdad. Estaba cansada de esperar una respuesta de Jeremy, esa que al parecer nunca iba a llegar por parte de él. Mi única opción es el hombre que tengo en frente de mí, el cual tiene sus labios sellados.

¿Es tan cruel lo que debo saber?

Me desespero por completo y la incertidumbre me mata. La lluvia me importa una mierda y el frío que siento en mi cuerpo lo mando a un segundo plano. Solo quiero saber por qué me vendió.

«Tan solo un idiota hace eso con la mujer que supuestamente ama».

—Sé que no dejarás de preguntarme por qué lo hizo, por lo tanto, te daré respuestas, Sofía. Jeremy no es la persona que creías conocer, mi linda sumisa.

—Habla, por favor. Dime todo de una vez.

—Lo haré, pero no ahora. Te mostraré con pruebas quién es Jeremy Cooper, tu ex —remarca la última parte.

Saber que tiene pruebas, me deja helada. ¿Acaso es un criminal? ¿Con quién rayos me iba a casar?

Como es un momento de confesar, le narro todo; cómo fue mi proceso de resignación con la muerte de mis padres a temprana edad, cuando vivía aislada en el colegio (mi problema de tener pocos amigos), mi horrible vida con mis tíos y la casi violación de ese asqueroso esposo de mi tía, esa horrible mujer. Solo imaginar a ese sujeto me da asco y ganas de vomitar. Le relato todo mi proceso en la calle; la existencia de churro en mi vida, que era mi hermano de corazón, cómo conocí a Jeremy y cómo se convirtió en ese salvavidas que creía que era el amor de mi vida, y tan solo fue alguien que logró deslumbrarme creando un espejismo en amor, un amor que nunca existió.

—Ahora entiendo cuando me dijiste que terminara lo que él empezó y no logró. Ese día me sentí más sucio y asqueado de lo que me sentía. La rabia se apoderó de mí hasta tal punto de perder la cabeza. Estamos tan rotos, amor, y creo que eso nos unió.

—Somos dos almas rotas que buscaban consuelo en seres indebidos, en personas que no estaban destinadas para nosotros, que solo fueron ese puente para reencontrarnos y buscar la felicidad, esa que no encontramos con ellos, don frío.

—Esa es la razón por la que me enamoré de ti. No das un paso sin antes haberlo estudiado. Esa es la diferencia que tienes, Sofía, con las demás chicas. No eres solo belleza, también eres inteligente, estratega y un puto dolor de cabeza que me encanta. Eres un paquete completo, sumisa.

—No me digas que el cementerio me lo pone sentimental y poético, don frío.

—Algo así, sumisa. Ya sabrás lo sentimental que me ponen estos lugares.

Se acercó muy lento. Por inercia, retrocedí y quedé a espaldas de un gran árbol. En su rostro se formó una sonrisa torcida que aprendí a reconocer.

AMO DE LA OSCURIDAD  #TA2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora