Los labios mordidos e inflamados, junto con sus manos rojas de apretarlas tan fuerte reflejaban la resignación que sentía Jean en aquel momento. Otro día se había terminado sin respuestas, otro día donde Eren aun no aparecía y los policías no hacían más que matar el tiempo en vez de hacer bien su trabajo. Desde la última vez que había hablado con Zeke y Colt, le habían prometido que le mantendrían informado sobre todo lo que ocurriera, pero pareciera que no le habían tomado importancia a su promesa. Quería matarlos, no había hecho más que mirar el reloj de pared de la comisaria mientras en el vestíbulo vaya a saber uno que cosas pasaba. Se percato que se acercaba la hora del cierre de la clínica de su esposo, por lo que saco su teléfono para informales lo poco que sabía sobre él. No llego a zonas más que una vez, la llamada fue contestada al instante por el auxiliar de la clínica ¿Cómo era su nombre? ¿Cloch, Flock, Floch? No le importaba la verdad. Realmente debía estar preocupado, al igual que el resto de sus compañeros, pero poco le importaba lo que el muchachito opinaba de su esposo, así que respondió lo más corto y formal posible para que le pasara la llamada a alguno de los médicos, ellos si merecían mas su tiempo.
-Soy Jean Kirstchen. ¿Siguen los doctores en la clínica?
-Oh, dios mío, señor Kirstchen, He estado llamando todo el día, le deje varios mensajes preguntando si ha logrado saber algo del doctor Jaeger. Estamos todos aquí muy preocupados por él, el no es así. Dígame que lo encontraron, que está bien, por favor.
Jean chasqueo la lengua frustrado, lo que le faltaba, el mocoso que hacía de auxiliar enamorado de su esposo. Agh, que se aguante su preocupación, no quiero decirle nada, pensó.
-Páseme con uno de los doctores.
- Ah, sí. La doctora Reiss está justo aquí. Ya se la comunico – Por fin, el auricular fue cambiado a alguien que realmente le importaba hablarle.
-¿Jean?
-Historia, lamento decir que no hay mucho que contarles. Esta tarde pudieron encontrar el coche de Eren, vacio. Es la única información que recibí. – escucho ruidos del otro lado de la línea, se hacia la idea de que el resto de personas se habían amontonado alrededor para saber de las ultimas noticias.
-Espera, voy a poner el altavoz. Todos quieren oír lo que sabes
-Busque el parque nacional al que iría en Internet, es un terreno muy extenso con miles de hectáreas y con mayoría de zonas montañosas, hasta partes que se consideran salvajes y poco o nada habitables. No es un terreno fácil, urbano o seguro
-¿¡Y le dejaste ir ahí solo!? ¡Encima lo dices como si nada! Dios mío, ¡Eren está ahí perdido, Jean! ¿Puedes mostrarte un poco más preocupado por la salud y bienestar de tu maldito esposo? ¡Dios mío! – exclamo con desesperación Historia. Ahora se arrepentía de su decisión de llamarles, había olvidado lo cercanos que eran aquellos dos, como hermanitos. Carajo, demuestra más preocupación al menos, imbécil, se reclamo a si mismo Jean.
- Por suerte Eren está en muy buena forma, como ya todos saben. Tiene una muy buena resistencia y no le pasara nada malo – dijo Jean, intentando calmar los nervios de la doctora. Escucho un chasquido del otro lado y otra vez la voz alterada de la doctora, pos supuesto que no sirvieron sus intentos vagos de calmarle.
-¿No acabaste de decir que no es nada seguro, qué hay montañas y zonas salvajes? ¿Acaso no nieva arriba en las montañas y la temperatura es demasiado baja? ¡Piensa un poco! – Maldita enana, no me grites, carajo. Siempre eres tan malditamente pesimista. Tuvo ganas de contestarle Jean, pero su reputación debía permanecer intacta aun, debía mantenerse calmado.

ESTÁS LEYENDO
Maldad Latente
FanfictionEl doctor Eren Jaeger, pediatra y corredor de maratón,desaparece en un sendero montañoso. Su marido, Jean, enfadado por una pelea reciente, denuncia su desaparición, pero para entonces el rastro de Eren ya se ha borrado. Mientras la policía sospecha...