Capitulo 14

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Eren estaba asustado, más que nunca en su vida. La mezcla de adrenalina, ansiedad, miedo y excitación le había revuelto el estomago, pero un poco de su retorcido ser lo disfruto... y eso era lo que más le asustaba. Cuando la camioneta giro en una curva, volvió a enfocarse en lo que sucedía a su alrededor, agarrándose con fuerza del asiento y de la puerta del destartalado automóvil. Se encontraban regresando por la misma carretera por la que llegaron, asedian cada vez más y la situación del robo hacia que la velocidad aumentara por la posibilidad de que les siguiesen.

No habían tardado más que cinco minutos en entrar a la farmacia, su acompañante le había sujetado la linterna, además de vigilarlo en silencio y mirar por la ventana de vez en cuando para asegurarse que no hubiera testigo alguno. Eren había tomado todo el instrumental, los suministros y las medicinas que consideraría necesarias para el tratamiento de su paciente y los metió en una bolsa de basura. Desde que salió del local, hasta que salieron del pequeño pueblito, miraba constantemente al espejo retrovisor, deseando y asegurándose que nadie les siguiera.

-Relájese, doc. – le dijo el hombre al verlo tan tenso. No nos persigue ninguna patrulla, ni un perro nos oyó.

-Discúlpeme, pero esto de delinquir es nuevo para mí. Me pone demasiado ansioso una cosa... ¿Cómo sabía que no habían alarmas?

-No lo sabía

-¿Qué? ¡Y si hubiera habido! ¿Cómo es posible que este tan relajado? ¡Nos habrían atrapado y metido en prisión! – él le miro de costado y esbozo una diminuta sonrisa. El doctor era bonito cuando se alteraba, más aun con sus mejillas tan sonrosadas y sus ojos brillosos.

-No lo creo, doc.

-¿Acaso cree que si hubiera sonado una alarma hubiéramos podido irnos de ese pueblo sin que nadie nos atrapara con esta camioneta gigante?

-Aja.

-No, no le creo. ¡Es imposible!

-No lo es. Ya lo he hecho antes – Eren le miro incrédulo, no sabía si sentirse aliviado porque tenía esa habilidad y no le atraparían o si escandalizarse por lo que ello implicaba.

-Yo... aun no puedo creerlo. Acabamos de romper la ley

-No se mortifique, doc. Sé que todo lo que ha hecho a lo largo de su vida justifica este pequeño desliz – Eren le miro expectante, ¿sabía de su vida? ¿Le había investigado? El hombre volvió a mirarle de reojo, encontrándose de frente con sus bonitas gemas, sus mejillas sonrojadas y una pequeña sonrisa que tal vez no se percatara de tener. Quiso volver a besarlo, demostrarle que su búsqueda en internet no era solo para asegurarse de que Eren estaba limpio, sino que el despertaba un verdadero interés para su persona, uno demasiado intenso para su propio bien. Sintió sus mejillas calentarse un poco, por lo que volvió su mirada a la carretera. – En Internet se habla mucho de sus buenas acciones... Y sé que hoy mismo lo demostrara. La muchacha le necesita.

-Si esta tan mal como me ha contado, necesita ir a Urgencias y no una visita clandestina, insalubre y poco especializada de mí parte.

-Lo intente, pero se negó.

-¿Por qué? - Justo para ese momento, se encontraban subiendo una pendiente muy pronunciada, por lo que el silencio se hizo presente. Admiro la concentración del hombre, la fuerza con la que agarraba el volante y la forma en que su mirada se concentraba en el camino. No sabía si verdaderamente estaba concentrado o solo quería usar la pendiente como excusa para no aclararle nada de lo que sucedía. Luego de regresar a un camino lo suficientemente plano, volvió a hablar.

-Está asustada.

-¿De qué? ¿Le asustan los médicos? ¿Los hospitales?

-Puede preguntarle usted mismo cuando lleguemos.

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⏰ Última actualización: Jun 23, 2021 ⏰

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