Capítulo 5

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Al despertar, Eren se dio cuenta de que estaba solo, la cabaña estaba vacía y no habia rastro alguno de aquel hombre.

Había pasado la noche en vela, tratando de hacer el menor movimiento posible. Cada vez que él se movia, el hombre se acercaba para preguntarle como estaba, si quería vomitar o si quería que le acompañara al baño.

Sus náuseas habían desparecido y recordaba la insistencia de su 'enfermero' por su salud, en como estuvo atento a que no se deshidratara por la noche, dándole de beber refrescos y luego agua. El día anterior había estado corriendo, seguido del golpe vinieron las náuseas junto con los vómitos y por último las largas horas de sueño. Eren lo sabía, si no aceptaba ninguno de sus ofrecimientos, lo que le traería su desconfianza solo sería una severa deshidratación.

Miró su reloj de pulsera, en el cual se veía que eran poco mas de las nueve de la mañana del otro día. Había disfrutado de cinco horas de sueño sin despertarse o que le despertaran y ahora el hombre se había ido.
Aún estaba mareado, por lo que se levanto lentamente y caminó hacia el baño, llevando consigo sus mallas de correr para ponerselas luego. Al volver, se dispuso a tocar el resto de su ropa, percatandose de que aun seguía fría y húmeda. Colocó una silla frente a la chimenea, donde colocó su ropa para que se secara.

Pensó que podría ver algo por la ventana mientras el hombre no estaba, por lo que se acercó y vio una espesa niebla del otro lado.

Eso solo lo hacía mas complicado, pero aun así lo intentaría. Él era Eren Jaeger, no un cobarde. Buscó unas llaves de un vehículo que habia visto la noche anterior, pero solo encontró vacío el gancho donde se encontraban anteriormente.

Abrió la puerta principal, gritó un 'Hola' que jamás fue respondido y se dispuso a caminar entre el camino. La niebla empeoraba, era aún mas densa y su dolor de cabeza volvía a hacerse presencia.

-Pensándolo bien... no podía correr así. Tal vez volveré a tropezar o podría caer por un barranco- exclamó el muchacho, por lo que no vio mas opción que regresar a la cabaña.

Al regresar a su 'hogar' temporal, decidió buscar por algo que le ayudara a regresar a la civilización. En la cómoda de donde aquél individuo había sacado la ropa que Eren traia en ese momento solo habían ropas íntimas, camisetas y pantalones perfectamente doblados. Eren se preguntó como alguien podría ser tan organizado y estar tan desconectado del mundo.

En un precario armario de color rojo solo habian abrigos, desde chaquetas hasta monos de cazador. 'Escalofriante', pensó.

En el piso habian botas de montaña con arañazos de desgaste, y unas botas de goma forradas con unaun especie de piel animal. Por supuesto, no habia nada útil.

Recordó las municiones del baño, por supuesto que en algun lugar debian estar sus respectivas armas. ¿Donde podria esconderlas, si era una cabaña casi vacía?

-La cama...-

Rápidamente se dirigió hasta la cama donde habia estado postrado las últimas horas, donde se encontró una especie de baúl militar, como los que habian en las típicas peliculas de guerras que a su marido tanto le encantaban, debajo de la cama.

Era pesado y no podría sacarlo con facilidad, aún más considerando su débil estado físico. Llevaba más de un día sin comer y casi todo ese tiempo se lo había pasado en cama, vomitando y sufriendo de dolores de cabeza.

Respiró profundamente varias veces, se dio ánimos internamente y cuando el dolor de cabeza anterior disminuyó levemente, se atrevió a sacar el baúl de su escondite. Por suerte, parecía estar abierto, por lo que no tendría que usar la poca fuerza que le restaba para intentar abrirlo.

Maldad LatenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora