Capitulo 10

133 17 7
                                    

La poca confianza que aquel hombre le había inspirado, se esfumó de su ser cuando vio esa maldita piedra, la cual le puso los pelos de punta; solo había una conclusión lógica, debía escaparse enseguida. Se removió como si fuera un gato que hubiere sido arrinconado, intentando escaparse para evitar que él le tocara. Aun así, sus intentos fueron en vano, el lo sujeto, aunque recibió varios golpes y arañazos de su parte, uno de sus puños dio justamente sobre el arañazo que ya le había conseguido dar el día anterior, logrando que esta se volviese a abrir y sangrara otra vez. Eren no dejo de darle pelea, hasta que su cuerpo no resistió más y se relajó levemente, aunque aún seguía alerta. Él le acercó hasta el borde del sofá, dejándole sentado. Su mirada estaba perdida en alguna pared de la cabaña, sus brazos automáticamente se abrazaron a su propio cuerpo, intentando darse fuerzas para no desmoronarse frente a él. Escuchó un suspiro, luego pasos alejándose y minutos después retomando su camino hasta donde estaba el. Dirigió su mirada hacia la cara del hombre, encontrándose en medio una mano tendiendole un vaso con un líquido marrón, con un fuerte olor a alcohol.

-Tome, beba esto. Es whisky. – Eren frunció el ceño y apartó el vaso de su cara, derramándose en el suelo y una parte en su mano. – Que desperdicio, era un buen licor – El hombre levantó su mano para llevarla hasta su boca, para lograr recuperar algunas gotas de este con su lengua. Aquello le pareció algo atrayente, coloreándole débilmente sus mejillas pero inmediatamente se retractó por la situación anterior.

-¿Es lo que buscaba? ¿Emborracharme para luego aprovecharse de mí? ¿O a caso quiere terminar lo que comenzó mientras corría? – En respuesta, el solo soltó una disimulada risa, para luego contestarle que ni siquiera era lo suficiente cantidad como para lograrlo, que era la cantidad justa y necesaria para lograr relajarle. – No quiero relajarme, muchas gracias – exclamó el profesional con sarcasmo, fulminándole con la mirada - ¿Por qué no funcionó la piedra? –

-De hecho, si funciono. Pudo dejarlo inconsciente. –

-Claro, para luego arrastrarme hasta aquí para que nadie lograra encontrarme. –

-En realidad, no le arrastre. Lo cargue encima de mi espalda, lo lleve hasta la camioneta y lo senté en el asiento del acompañante. El cinturón de seguridad pudo evitar que se cayera al suelo. –

-¿Por qué razón me trajo aquí? Si quería matarme, ¿Por qué no lo hizo en el auto, en algún descampado? ¿Por que aun me mantiene con vida, porque no me asfixio mientras dormía? –Pudo reconocer un rastro de diversión en su rostro, seguido de una pequeñísima sonrisa socarrona, seguido de una escueta respuesta.

-Todo eso sería demasiado fácil. Prefiero algo más de adrenalina. – Eren se enfureció aún más, comenzando a alterarse y demostrando esto en su voz.

-¿¡Acaso debo esperar a que me cuelgue en una pared y me destripe como a un animal, para acabar como la cabeza de un ciervo!? – La risa del hombre se volvió a ver, siguiendo su juego, como si la situación se lo permitiera

-Oh no, claro que no. Sería demasiado sucio, muy difícil. La sangre deja mucho rastro y no tengo ganas de usar químicos para borrarlo. En lugar de seguir suponiendo su dramática y horrible muerte, ¿Por qué no se bebe este whisky envenenado, ya que yo soy inmune a este? – Volvió a servir un poco, tendiendole otra vez el vaso, aunque no obtuvo respuesta del muchacho. -¿No quiere? Muy bien, usted se lo pierde, doc. – Ver a Eren tan a la defensiva le estresaba, quería relajarse y poder darse a explicar, detestaba esa situación, por lo que tomó el contenido de un jalón para luego dejar el vaso apoyado en una mesita que estaba a un lado del sofá. – No eran en serio esas cosas, eran puras idioteces. Estaba bromeando – Eren no respondió, solo suspiro, se abrazó más fuerte a sí mismo y volvió a dejar su mirada perdida en algún punto de la casa.

Maldad LatenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora