Capitulo 6

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Jean entró por la puerta del garaje, apagó las alarmas, percatandose de lo fría y vacía que era su casa en aquel momento. Recapacito sobre las preocupaciones de su amante antes de dejarle.

-¿Estás seguro que no lo sabe o que siquiera lo sospecha?

- No, obviamente no. Cree que lo estoy descuidando, ya sabes, dejando de lado. Está en su faceta de ofendido, solo está enfadado y quiere captar mi atención de algún modo. Por eso mismo no se ha comunicado, solo es un berrinchudo.

A pesar de sus palabras, estaba algo desconcertado. Desde el viernes por la noche no sabía nada de su esposo, desde que le había llamado del motel y ya era domingo por la tarde. Era algo extraño que Eren no le haya llamado, al menos para preguntar idioteces como solía hacerlo, aunque esté enfadado.

-No es algo suyo el no llamar tan seguido – había dicho su amante entre alguno de los casuales revolcones del fin de semana. - ¿No estás ni un poco preocupado?

-Ya, olvida al berrinchudo de mi esposo y céntrate en mi – exclamó, dando por finalizada su conversación

Al contrario de lo que se creería, Jean no estaba preocupado. Ni un poco. Aun así, llamó a su esposo, aunque lo único que se oyó fue el sonido del contestador con la voz de Eren

"Hola, se comunicó con el Doctor Jaeger. En estos momentos no estoy disponible, si es posible, llame más tarde o deje un mensaje luego del tono. Muchas gracias"

-Pensaba que ya habrías vuelto a casa. Llámame en cuanto oigas el mensaje

Pensó en los días en los que Eren solía trabajar turnos extra o los fines de semana, aprovechando que no haya nadie en la clínica para poder terminar el papeleo de la semana. Llamó a la clínica y al número privado del despacho de Eren, escuchando la contestadora en ambos casos. Dejó los mismos mensajes en ambos lugares, antes de recordar que Eren también ejercía en otro hospital. Llamo al área de pediatría, donde una enfermera le reconoció al instante por la voz.

-¿Señor Kirschtein? ¿En qué puedo ayudarle?

-Hola Sasha ¿Está ahí mi esposo?

- Uhm, no. Creí que tenía permiso hasta mañana. ¿Sucedió algo?

-No, no sucedió nada realmente. Estoy intentando comunicarme con él porque ya debería haber vuelto a casa y su teléfono me envía al contestador. Creí que había pasado por el hospital por algún paciente y se había entretenido, ya lo conoces

-Sí, Eren suele hacer esas cosas. Pero no lo he visto por aquí, aunque recién acaba de comenzar mi turno. Voy a preguntar al resto por si lo vieron

-Gracias, me harías un gran favor. Si lo ven, díganle que controle su batería y que me llame a penas pueda.

Al colgar el teléfono, dejó su móvil sobre un escritorio y pensó sobre lo que tendría que hacer como buen esposo. Solo encontró una opción: ir a buscarlo.

Eren estaba angustiado, no sabía si saldría vivo de ese lugar... o si alguna vez saldría en una pieza. Con la ácida sensación sobre la boca de su estómago, comió el sándwich de queso que su "cuidador" le dio, dándole pequeños bocados, evitando llenarse del todo y terminar otra vez vomitando todo.

Después de que se le había negado el poder usar la computadora portátil, se había acostado, aún con la pequeña pared artificial que simulaba el biombo. No confiaba en aquel hombre, ni siquiera un poco. Tenía miedo de que quisiera hacerle algo por la noche o en los recurrentes momentos donde estaba sobre la cama tratando de recuperarse un poco. Por ello mismo, se mantenía constantemente "protegido" por el biombo.

Aun así, el hombre solo le ignoraba olímpicamente, ocupándose de sus propias cosas. Eren olió la comida que preparaba "Café y huevos fritos. Moriría por algo así" pensó Eren, pero no se atrevería a pedirle siquiera un vaso de agua, por miedo a que lo adulterara. Cuando el hombre termino de comer, lavó los platos y se dirigió hacia fuera de la cabaña por unos escasos minutos, según escucho Eren. Al final, terminó por quedarse dormido otra vez, escuchando como caminaba por toda la estancia.

Maldad LatenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora