Capítulo 12

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30 de Noviembre de 2017
15:30 p.m.

Eithan

Camino hacia los baños con la mirada fija en mi móvil mientras intento contestar el mensaje que me han enviado y evitando chocar con alguien.

No vuelvas a escribir ni una mierdaEscribo pero inmediatamente me arrepiento y borro el mensaje decidiendo dejar en visto a la persona. Dios, pero que descaro el mandarme un mensaje después de todo.

Guardo el teléfono en mi sudadera y sujeto una de las correas de mi mochila, intento pasar desapercibido el nudo que se ha instalado en mi garganta y trago saliva.

Me hago hacia atrás cuando la puerta principal de los baños se abre en un brusco movimiento, Watson, Bird, y un sujeto del que no recuerdo su estúpido nombre salen manteniendo una sonrisa de suficiencia en sus patéticos rostros.

—Hey, Baker, ¿Vienes a cortarte las venas aquí? Porque si es así acabamos de limpiar el piso con el suéter del imbecil que está adentro y si lo vuelves a ensuciar ahora utilizaremos el tuyo —ignoro la voz de Watson y paso por su lado sin detenerme.

Puedo ver como el imbécil quiere agarrarme del brazo pero Alan lo detiene y hace un asentamiento con la cabeza invitándole a que sigan por su camino. Bien por ellos.

Al entrar inmediatamente veo al rubio amigo de Anne sentado en una esquina, con las piernas dobladas a la altura de su barbilla y con la cabeza baja.

Así que este es el imbecil del que los otros imbéciles hablaban, eh.

Intento pasar desapercibido los temblores que sacuden su cuerpo y me encierro en un cubículo.

Al salir me dirijo a lavarme la manos. Veo por el espejo como Gael ahora esta tirando de su cabello y puedo ser consciente de que susurra palabras, aunque no entiendo nada de lo que dice.

—¿Podrias llorar en silencio? No me dejas lavar mis manos a gusto —expreso y formó una mueca de desagrado.

Odio los sollozos, algo irónico viniendo de mí.

Gael levanta su rostro, sus ojos que ahora se encuentran irritados se encuentran con los míos pero rápidamente desvia su mirada.

—¿Sabes? Si no haces nada al respecto ellos seguirán molestándote porque siempre persiguen a los débiles.

—A ti también te molestan y no haces nada —murmura en una voz apenas audible.

—Nunca me han golpeado o tocado —me encojo de hombros— mientras no me toquen con sus asquerosas manos pueden decir lo que sea, no me importa.

—Ellos... ellos te arrojaron basura yo los vi.

—Sí y ese día fue el último que volvieron acercarse a mí, probablemente sigan hablando de mí pero reitero, no me importa.

—No puedo hacer nada yo... yo... no puedo...

—Vale —lo corto porque lamentablemente soy una persona intolerante y no voy a esperar a que termine de hablar —. Solo déjalo, Gael, pero no olvides lo que te dije, ellos buscan a los débiles porque saben que nunca se defenderán, demuéstrales lo contrario.

Hasta las Estrellas [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora