Capítulo 26

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30 de Abril de 2018
15:00 p.m.

Anne

Eithan me ha estado evitando por toda una semana, una maldita semana sin dirigirme ni una palabra ni mucho menos una mirada.

Se supone que la indignada debería ser yo. El idiota me besó y después me dejo tirada en el bosque.

Se preguntarán cómo regrese; pues no tengo la maldita idea, simplemente comencé a caminar. Todo hubiera sido mas fácil si yo hubiese tirado migajas de pan, ¿eran migajas de pan? Lo que sea, si solo hubiese aplicado lo que Hansel y Gretel una vez me enseñaron yo en un santiamén hubiera encontrado la carretera.

A veces eres tonta, Anne.

¿Por no aplicar lo de Hansel y Gretel?

No, por tus comparaciones absurdas, cariño deja de ser tan infantil.

¡No soy infantil! En fin en lo que estaba, caminé por no se cuanto tiempo lo bueno fue que todavía era temprano y faltaban unas horas para que el sol se ocultara lo que ocasionó que estuviera tranquila.

Y cuando por fin visualice la carretera una camioneta negra aparcó a unos metros de mi, por un instante estuve tentada a hecharme a correr y gritar porque soy una persona paranoica y creí que se trataba de un secuestrador pero respiré tranquila cuando vi una mata de pelo negro y no, no se trataba de Eithan si no mas bien de Alice.

Vale no daré mas explicaciones de lo que sucedió aquel día solo que Gael y Alice me llevaron a casa. No tengo ni la mas mínima idea de como llegaron hasta allá pero jamas había estado agradecida con alguien.

Pero volviendo al presente odio a Eithan.

Camino frustrada por el pasillo del instituto para dirigirme a la salida y así ir tras el imbécil que no me habla.

Doy un resoplido y ruedo mis ojos cuando un libro se me cae al piso, lo recojo rápidamente colocandolo bajo mi brazo, acomodo nuevamente mi mochila sobre mis hombros y vuelvo a retomar mi camino.

Si, no debería estar haciendo esto cuando no soy yo la que tiene que disculparse pero... ya que mas da.

Cuando llego a la salida giro mi cabeza a todos lados para poder encontrarlo y cuando lo logro ver noto que ya va a una larga distancia. Lo que me faltaba, caminar más.

Suelto un bufido y comienzo a caminar lo mas rápido que mis piernitas me permiten, se me hace difícil alcanzarlo puesto que cuando yo doy un paso el imbécil da como cinco.

Él camina con la mirada gacha y no se ha dado cuenta que lo sigo o eso creo.

Cuando esta en el parque en lugar de ir hacia su casa se detiene y camina a los columpios donde muchas veces hemos estado.

Bien Anne, se ha detenido hora de ir hacia allá y decirle lo muy gilipollas que es, sin hacerlo sentir tan mal

Camino a pasos lentos intentando hacer el menor ruido posible. Me siento como un espía.

Esta sentado en un columpio con la mirada perdida, me acerco sentandome en el columpio que esta a un lado de él.

Limpio mis manos sudadas en mis jeans de mezclilla y sujeto las cuerdas que están a los lados del columpio.

Hasta las Estrellas [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora