Prólogo

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Muchas personas se burlaban de lo irónico que era el nombre de Nueva Esperanza. ¿Cómo podría llamarse así a un pueblo tan hundido en la miseria? El encanto y tranquilidad del pueblo se habían perdido gracias a esa banda de ladrones y traficantes llamada "la hermandad oscura". Desde que llegó ese nido de ratas Nueva Esperanza había pasado de ser el pueblo más grande y próspero, a ser considerado el pueblo más peligroso del distrito occidental. Todos se largaban en cuanto podían y los pocos que se habían quedado, habían aprendido a vivir bajo el mandato de la hermandad.

Aun así Alejandro nunca se había planteado abandonar el pueblo. Su casa la habían construido sus abuelos de recién casados, aquellas calles era el único hogar que conocía y su madre la única familia que le quedaba.

Alejandro había aprendido a vivir evitando a las asquerosas ratas de la hermandad oscura, no eran más que viles ladrones, delincuentes desalmados que no dudaban en destruir la vida de los demás. O eso era lo que creía hasta que uno de ellos le salvó la vida... dos veces.

Nuestra Promesa - FargexbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora