23 - Peculiar

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Le propuso a Elías reunirse en casa de Jesús, pasaron una buena tarde, como en los viejos tiempos cuando salían a bobear cada tarde luego del instituto. No fue hasta poco antes de irse que les contó la verdad, y les dijo que se marchaba del pueblo. No les alegró la idea, pero luego de todo lo que había pasado quién podría culparlo. Se despidieron pidiéndole que algún día llegara de visita, y le desearon lo mejor.

Muchas de las cosas que quedaron en la casa las regaló a la familia García y el resto las donó. Viajaría solo con un par de valijas, después de todo su plan era mantenerse viajando constantemente y llevar demasiadas cosas no era conveniente.

Había revisado el mapa quizás unas 20 veces, estaba nervioso pero también decidido. Su primera parada sería Maderuelo, después de Lucero era el pueblo más grande de la región y aunque quizás no era el mejor escondite para Fargan, al menos era el mejor sitio para empezar a buscarlo.

Finalmente arrancó el autobús y mientras este se alejaba de Nueva Esperanza, la presión en el pecho de Alex y el nudo en su garganta se volvían más fuertes. Sentía como si estuviera abandonando a alguien, aunque ya no tuviera a nadie allí. Respiró profundo y con una pequeña y dolorosa sonrisa recordó las palabras de su madre "vas a tener que ser fuerte hijo, pero nunca vas a estar solo".

Un par de horas después ya se encontraba en su destino, primero tenía que buscar alguna posada u hotel para dejar sus cosas, lo siguiente sería buscar un banco. Sabía que en Maderuelo había presencia de la hermandad oscura, pero se supone que no era tan peligrosa como Lucero, aun así, no quería verse nervioso, llevaba encima la mitad del dinero de la venta de la casa y no planeaba perderlo de una forma tan tonta.

Viendo el mapa comenzó a caminar varias calles hacia el oeste, se supone que había un hotel a un par de calles de donde estaba. Comenzó a sentirse observado y no le gustó, encontró un mercado y decidió entrar para perder a quien sea que lo estuviera siguiendo. No había sido del todo buena idea porque maniobrar con dos maletas encima no era muy sencillo, pero aun así consideró que había sido lo suficientemente escurridizo para perderse de la vista del otro.

Lo malo fue dentro del calor del momento no se dio cuenta de que salió por una puerta distinta de la que entró, así que comenzó a caminar en la dirección equivocada. Lo peor fue que la sensación volvió, pero no podía encontrar dónde se encontraba aquella persona que lo vigilaba. Viró en una esquina y casi choca con un chico castaño bastante alto.

—Wow wow tranquilo macho. ¿Eres bastante nervioso no es así? Supongo que es normal si vienes de Nueva Esperanza —dijo el chico en un tono bastante relajado y alegre, lo cual confundió bastante a Alejandro

—¿Tú quién eres? ¿Y cómo sabes que vengo de Nueva Esperanza? —Dijo en un tono que sonó un poco más hostil de lo que planeaba

—Traes dos maletas grandes, la parada de buses de ese pueblo está a unas cuantas calles de aquí y te pusiste como loco en cuanto pensaste que alguien te estaba siguiendo, aunque en realidad te diste cuenta hasta 3 calles después

Aquello era entre aterrador e impresionante —¡¿Tú eras quien me ha estado siguiendo?! ¿Para qué?

—Para ofrecerte mis servicios. Rubén Doblas —dijo extendiendo su mano —creo que puedo ser mejor guía turístico que el mapa viejo que traes ahí

Estrechó su mano algo confundido Rubén se veía bastante agradable, aun así sabía que no era bueno confiar en el primer extraño que se te acerque, y peor si te ha venido siguiendo como un subnormal por varias calles. Lo veía algo indeciso, a pesar de todo si sería mejor tener a alguien que conociera la ciudad.

—Mira sé que tal vez no te di la mejor impresión al seguirte, si quieres te ayudo a encontrar un hotel y así piensas luego si quieres mi ayuda o no.

Nuestra Promesa - FargexbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora