_12 Capitulo_ Almohada

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Al llegar a la puerta de la madre sultana, escuché a la madre sultana hablar con una mujer, era una voz familiar...
Los guardias se encontraban adentro de sus aposentos así que pude escuchar a través de la puerta, con mucho miedo de que salieran en algún momento.
-Debes deshacerte de ella.
-Estoy intentándolo madre pero está esclava es fuerte.
Esa voz era de Halime, estaban ideando un plan en contra mío.
Realmente no sabía si seguir escuchando o si debía entrar y contar mi embarazo como venganza. Me gano el deseo de saber que más hablaban y solo me quedé esperando.
-Esta noche, debes poner esto en su almohada, el sultán no querrá volver a tocarla.- dijo la madre sultana.
Me fui corriendo hacia mis aposentos dónde se encontraba Turhan.
-¿Que te dijo el sultán? ¿Está contento?
-Necesito ayuda...
Comencé a dar vueltas para idear un plan
-¿Que sucedió Kamra? Para, deja de dar vueltas
Mire detrás la puerta que no haya nadie y me acerque al oído de Turhan
-La madre sultana y Halime, están ideando un plan para lastimarme, no se bien que quieren hacer pero pondrán algo en mi almohada, dijeron que el sultán ya no querría tocarme, no se que hacer.
-No te preocupes, se que vamos a hacer- dijo Turhan.
Luego de eso, Turhan se escondió en la habitación de enfrente, que estaba deshabitada, aquella tenía una vista hacia el pasillo donde estaba la puerta de mis aposentos.
Yo debía ir a informarle a la madre sultana sobre el embarazo y mientras tanto Turhan observaria.

Llegué de nuevo a las puertas de la madre sultana y muy nerviosa toque.
Ella se veía espléndida, recostada mirando hacia su ventana que daba al patio de las favoritas.
-¿Que quieres Kamra?
-Sultana, he venido a decirle que voy a tener un bebé.
-¿Enserio? Esas son buenas noticias...
Parecía contenta pero al mismo tiempo algo le preocupaba.
-¿Ya le contaste al sultán?
-Si sultana
-Bien, haremos una fiesta mañana mismo, ahora puedes irte.
Reverencie y me fui
Al llegar a mis aposentos, había visto a Halime muy cerca.
–Halime ¿Que haces aquí?
–¿Ahora tengo que darte explicaciones de a dónde voy? ¿Ya te crees sultana o que?
–Ja, ya verás...
–Si, como digas.- dijo Halime con media sonrisa.

De fondo se escuchó al jefe del harem "¡Atención! El sultán Ayhan".
Llegó al pasillo de las concubinas, vestido con un hermoso traje.
Parecía estar buscándome así que baje al pasillo para ver qué necesitaba.
–Kamra, amor mío, te traje este cofre con mucho oro, quiero que estés hermosa.
Agradecí al sultán y me beso en la frente antes de irse.
Los eunucos llevaron mí cofre a mí cuarto y los acompañe.
Estuve a punto de acostarme en mí cama hasta que llegó Turhan a tocar la puerta.
–¡Adelante!
Entro con bastante velocidad.
–¿Que haces ahí? ¡SAL!
Me sujeto del brazo y me quito de la cama.
–¿Que te pasa?
–La almohada está envenenada, no la toques.
La sujeto con una manta y dijo "Ahora vuelvo"

Me senté otra vez, no podía creer que la madre sultana se juntara con Halime a hacerme esto.
Volvió Turhan.
–Listo, he puesto la almohada en su cama, no me vio.
–¿Estás segura de esto? Podríamos meternos en problemas...
–No te preocupes, estás embarazada, no sospecharan de ti.

Nos fuimos a dormir como si nada pasará, pero en realidad me había costado mucho.
Tuve una pesadilla, esa misma noche una voz me hablaba en mis sueños.
"Hija... Tu no eres asi... ¿Donde quedó la bondad de tu corazón?"
Me desperté agitada, ¿De quien era esa voz tan familiar?
Segundos después, por el pasillo se escucharon unos gritos y seguido del sonido de gente corriendo.

Me quedo escuchando en la puerta a ver qué sucede, y escucho unas pisadas cerca de mí puerta.
–Kamra, soy yo... Turhan, ábreme.
Debo admitir que me asusté pero abrí la puerta.
–¿¿Has escuchado los gritos?? La he visto a Halime correr por el pasillo, tapándose el rostro.
–¿Que le paso?
–No se bien aún... Déjame averiguarlo.
Turhan sale de mis aposentos y se escabulle por ahí.
Decido acostarme a esperar, lo mejor era disimular por si alguien entraba en mis aposentos, así tendría testigos de que solo dormia.

Minutos después, escucho el sonido de la puerta, alguien había entrado sin preguntar...
Iba escuchando pasos detrás de mí y mí miedo comenzaba a crecer.

Sultana KamraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora