_5 Capitulo_ El plan

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Me levanté silenciosamente de mí cama y acompañe a las muchachas hacia los baños.
-Que sucede?-Dije susurrando.
-Debemos hacerte unas preguntas, ya que hemos notado que no te agrada mucho el sultán...- Dijo una mientras miraba hacia todos lados.
Había otra mujer cuidando que no viniera nadie ni nadie estuviera escuchandonos.
-Em... no sé...- Dije algo nerviosa sin saber bien que era lo que ellas querían escuchar.
-Tranquila... a nosotras tampoco nos cae muy bien, confiamos mucho en ti, en este poco tiempo te convertiste en una de nosotras y creo que la idea de lo que te estamos por decir, te interesará mucho.
-Esta bien, me descubrieron, en realidad no quiero al sultán, pero por favor no digan nada- Simplemente decía lo que necesitaba para que me cuenten su plan.
-¿Harías lo que sea para salir de aquí?- Pregunto la muchacha mirandome fijo a los ojos.
-Si, claro que sí
-Entonces presta atención.

Me contaron su historia desde 0, ellas también eran muchachas raptadas, sin conocer bien que les sucedió, pero les estaba yendo mal allí adentro, necesitaban salir.
Temian al igual que yo, convertirse en esclavas para el resto de su vida y no lograr nada más, solo ser unas sirvientas.
-Lo que haremos será escapar.
-¿pero como harán? ¿Y los guardias?
-Tenemos a los guardias comprados, a los de los aposentos , a los de los pasillos que por cierto están armados y a los de la puerta, pero solo nos dejarán hacer todo este plan, si matamos al sultán.
-¿Y que tiene que ver la muerte del sultán?
-No se muy bien, creo que ellos quieren otro sultán, me da igual, yo solo quiero salir de aqui. ¿Te unes?
Era una propuesta interesante, pero peligrosa. Podría escapar de aquel lugar donde temia morir sola y como sirvienta, pero matar al sultán era algo demasiado peligroso y además yo no era una asesina.
-Deberia pensarlo...- Dije muy nerviosa.
-No hay tiempo, es hoy, es ahora, si decides continuar te diremos que haremos y cuál será tu papel, si no, simplemente vete a dormir.

Me desespero no tener tiempo para avisarle al jefe de los eunucos aquel plan, ni tampoco poder impedirlo.
Era ya, era ahora y debía actuar así que simplemente dije "Si, haré lo que sea".
El plan era el siguiente, una de las muchachas debía entrar durante la noche y matar al sultán, mientras esto sucede, los guardias de la puerta de los aposentos del sultán, los de la puerta principal y las concubinas se irían durante la noche, escaparían, excepto los de los pasillos. Luego esperarían a la muchacha que mato al sultán, en los barcos que estaban a una distancia bastante lejana del palacio.

Ella continuo.
-El problema es que nadie se atreve a entrar a los aposentos, tienen miedo de que las descubran, necesitamos a alguien con valor para hacerlo.
Vi esto como una oportunidad divina.
-Yo lo haré, no tengo miedo y realmente quiero salir de aqui- Dije tratando de sonar segura y convencida.
-Segura? Es algo complicado...-
-Si, completamente segura.
-Bien entonces toma, cuando estés allí, llena este pañuelo con lo que hay en este frasco y ponlo en su cara, tapa su nariz y su boca con esto durante un segundo, y es suficiente para que muera, entendiste?
-Si, luego abandonó el cuerpo y me voy hacia los barcos?
-exacto, ahora mismo los guardias de la puerta se están yendo dejando la puerta abierta, nosotras ya tenemos nuestras cosas y tambien saldremos.

Agarré el frasco y el pañuelo y con las piernas temblorosas camine hacia los aposentos del sultán, planee y planee mientras iba pero no sabía que iba a suceder.
No tuve ningún inconveniente para llegar pero en la puerta estaban los dos guardias comprados por la muchacha que seguramente ya había cruzado las puertas.
Uno de los guardias al verme se fue sin siquiera mirarme a la cara y el otro se quedó parado allí.
-No te irás?-Dije susurrando.
-Esperare a que salgas, necesito ver el cuerpo sin vida o si no todos moriremos al bajar del barco.
Mí plan había fracasado, ¿como haría para salvar al sultán ahora? En cuanto lo vean salir de sus aposentos lo matarían y a mí también.
Cruce un poco y tuve una idea que me costó mucho realizar.

Llene el pañuelo de aquel líquido metalizado de ese frasco y por detrás, se lo puse en la cara a aquel guardia, que cayó muerto al instante, al tocar su cuello, ya no tenía pulso.
Comencé a llorar, había matado a una persona y no lo podía creer, tenía miedo , ¿Y si no me creían lo que había sucedido? ¿Que haría? Ya no había vuelta atrás.
Entre sigilosamente hacia la habitación, sin hacer nada de ruido y con mucho silencio me acerce hacia la cama del sultán, donde se encontraba durmiendo.
Un escalofrío recorrió mí cuerpo y una adrenalina me hizo reaccionar.
Con delicadeza me tire hacia el, tapándole la boca con mí mano.
-¡¡¡Shhhhh!!!- Dije mientras tapaba su boca.

Sultana KamraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora