Al entrar las cosas eran aún más hermosas, los pasillos de aquel palacio eran enormes y delicados.
Lo primero que hicieron fue presentarme hacia la gran sultana Sila, madre del sultán.
Llegué e hice todo lo que me indicaron.
Me pare delante de ella y reverencie.
A mí lado estaba el jefe del harem.
- Mí sultana, esta muchacha es un regalo del Pasha piri.
- A ver, acércate más.
Me adelante un poco y ella me rodeo, observándome de arriba a abajo.
- Es bonita, parece educada, y respetuosa, llévala a que la revise la doctora.
- Si mí sultana.
Me despedí con otra reverencia y caminé detrás del jefe del harem.
La doctora reviso mí cabello, mis genitales, mis dientes y más partes de mí cuerpo.
Al parecer todo estaba bien.
Así que cuando todo estaba en regla, me llevaron al patio de las concubinas.Estaba algo nerviosa, sabía que iba a estar sola y que probablemente no me miren bien.
El ser un regalo del sultán en teoría hace que una resalte, pero ¿como podría notarme aquel sultán si todas las mujeres eran muy hermosas?
Solo me distinguía por mí busto bastante prominente.Me senté en un lugar, observando hacia todos lados, desde allí abajo podía ver el patio de las favoritas, que estaba arriba.
En mí mente repasaba cada lección que había aprendido. "Las favoritas son aquellas chicas que logran pasar una noche con el sultán".Después de mucho pensar y que nada pasará, llegué a la conclusión que quizás no quería acostarme con el sultán.
Por un momento me sentí extraña, todas en aquel harem querían eso, ¿Porque yo no? Y es que en mí mente me repetía "Pero yo no lo conozco".
¿Que pasaba conmigo? Es solo que, por más que sea mí dueño, no podría estar con un hombre a quien yo no conozco.Eso me llevo a pensar ¿Que clase de hombre sería el sultán? ¿Será cruel? O quizás ¿Compasivo?
En mí mente vagaban muchas preguntas que no tendrían respuesta temprana.
La jefa del harem, Ayse, llegó al patio y nos puso en fila a todas.
Comenzó a hablar fuerte y decididamente.
- Nuestro sultán, está buscando a una concubina para pasar la noche, el mismo ha dicho estás palabras, así que hoy por la tarde, habrá una fiesta donde todas deben estar arregladas y bellas.
Todas las mujeres se miraron y sonrieron, estaban contentas de tener una oportunidad así.
Claramente yo crei también que podría acercarme a el, e intentar conocerlo, quizás funcionaria.Todas comenzaron temprano a arreglarse, había olor a perfume por todos lados y muchas mujeres hermosas que practicaban sus danzas.
Había una mujer que estaba arreglando a todas las muchachas pero yo decidí hacerlo por mí cuenta, como me había enseñado la esposa del Pasha piri.
Vestido blanco, con un escote pronunciado y unas mangas sueltas, perfume a jazmines y unas perlas como collar y como aros. También use unas pulseras de oro que fueron regalo de la señora.No era la más hermosa, ni siquiera me acercaba a serlo pero yo no pensé en competir.
Solamente observaba, mientras notaba que el resto siempre me miraba mal. Excepto una muchacha, que parecía ser mayor que yo.
La miré y me miro, durante unos segundos.
Se acercó y me dijo serenamente.
- Hola, Lindo vestido.
- Muchas gracias, el tuyo también es muy bonito.
- ¿Este vestido? No mucho pero es lo que hay.
Sonreí y comencé a conversar con ella.
- Noto que no le caigo muy bien a las chicas...- le digo susurrando.
- No es eso, les molesta la competencia, todas aquí buscamos el lugar al lado del sultán Ayhan, es nuestro deber y nuestro deseo también.
- Pero yo no quiero competir contra ellas para quedarme con el.
Sonríe y me mira de costado - Eso decis ahora, ya veremos qué pensarás dentro de un tiempo chiquilla.
Se va con las otras chicas y comienza a practicar su danza.Mientras la tarde se acercaba, íbamos decorando el salón de fiestas y la jefa del harem Ayse iba eligiendo diferentes concubinas para diferentes tareas.
Mí nueva amiga, la chica con la que estuve hablando, fue elegida como bailarina.
Unas más fueron elegidas para hacer la musica y yo fui elegida para servir.
Estaba un poco frustrada, pensé "¿Estudié tanto para ser solo la sirvienta?" Ni siquiera me dejarían bailar o cantar.La tarde llegó y comenzó el baile, había música y entretenimiento.
Yo estaba en la cocina, hablando con los eunucos, sobre la comida, cuando de repente me dicen que debo ir a servir unos bocadillos para el sultán.
Sostuve la bandeja con aquellos dulces y los lleve lentamente hacia el sultán, no podía mirarlo a los ojos así que me acerque mirando al suelo.No pude evitar elevar un poco la mirada al estar cerca de el, solo por curiosidad, quería saber cómo se veía el sultán Ayhan.
Era joven, cabello negro y muy corto, un tanto delgado y alto.
Era muy atractivo y elegante.
Al verlo lo noté muy entretenido con el baile, así que instintivamente miré hacia donde estaban las muchachas y tropecé tirando los dulces.Había cometido un error que podría costarme la vida.
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Sultana Kamra
Random"Luna" cuando llegue solo podía observar la luna, en aquel carruaje. Nací en Argentina, en el 2000. Mí historia es una realidad en mí mente, como cuando viaje hacia un tiempo remoto y conocí al sultán Ayhan y logré vivir aquellas fantasías que al co...