_9 capítulo_ Favorita n1

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Luego de unos días de recuperación de mí deshidratación y problemas de alimentación, seguía pensando en el sultán.
El no había hablado conmigo en este tiempo, ni tampoco había estado con otra mujer, ninguna favorita embarazada, ninguna concubina se convirtió en favorita, ni nada por el estilo.
El haren estaba inmóvil, hasta que en cierto momento...
Yo estaba con Turhan y unas concubinas más, tomando el té de la tarde, antes de comenzar los estudios que nunca descansan, y viene la señorita Ayse, con cara de felicidad.
-Señorita Kamra... El sultán quiere verla a la noche,prepárese -Dijo sonriendo de costado.
Las concubinas que estaban allí me miraron con recelo, pero Turhan solo comenzó a sonreír y a felicitarme.
-Lo sabía Kamra,esto es muy bueno, te felicito.
-Estoy muy contenta, pero nerviosa, debo ir a prepararme creo.
Me levanté y ella me siguió. Fuimos a los baños y comencé con todo eso.
Al terminar estaba bella y olía bien,llevaba el collar que el me había regalado.
Los eunucos estaban contentos de que yo fuera la nueva favorita.
Las favoritas me miraban mal, sobretodo aquella que me encerró durante una semana.

La vi desde el primer piso, ella me miraba envidiosa, y con miedo, y yo la mire,sin miedo y con odio.
Lo lograría, seré favorita, me esforzaré en enamorarlo y luego sere sultana, y El castigo que tendrás, será peor que la muerte.

Al llegar la noche, nerviosa camine por el pasillo dorado, aquel pasillo donde pasan las concubinas con suerte que van a ver al sultán.
De todos modos ya había estado allí, pero en otro contexto se veía diferente.
Tocan la puerta y el sultán da permiso para que entre.
Al entrar, me arrodillo a besar su ropa mientras miro al suelo, como es la regla.
El me levanta y levanta mí rostro.
Me mira a los ojos y nos miramos durante unos segundos, de algún modo podía notar su fuego, también podía sentir que me deseaba desde hace tiempo, por cómo me miraba y como me tocaba.
Comenzamos a besarnos, y su respiración era más agitada que la mía.
De hecho parecía aún más nervioso que yo, y eso que yo lo estaba, bastante.
-No sabes... Lo mucho que te deseo... Kamra- Dijo agitado.
Estuvimos juntos, fue mí primera vez, había perdido la virginidad y había sido muy romántico.
Al terminar quedamos tendidos en la cama, el abrazándome, acariciando mí rostro y mirándome con cariño.
-Eres mí consentida, Kamra, de ahora en más serás mí preciada, la única con valor en el harem- Dijo mientras me acariciaba el cabello.
-Mi sultán... Usted me gusta, mucho...- Le dije tímidamente y comenzó a reír.
-Eres muy tierna, aveces en ciertas situaciones pareces una niña.- Dijo entre risas -tengo algo de hambre... ¿Tienes hambre?
-Un poco...
-¿Quieres algunos dulces?
Yo amo los dulces, me ponen de muy buen humor, no sé cómo el lo sabía.
-Si- dije con seguridad y el noto el brillo en mis ojos cuando me lo ofreció.

Nos sentamos a comer dulces y luego el me contó historias de sus familiares, me habló de su madre y de cómo se crió.
Aprendí muchas cosas de el que no sabía.
Utilice ese tiempo para seducirlo, sabía que era lo que debía decir, como y cuando, el parecía estar muy contento y a gusto conmigo.
Mientras comíamos confesé que me gustaba bailar y me pidió que lo haga.
-Bailare... Pero no hoy majestad. - Dije entre risas pensando que se enojaría.
-Bueno, en algún momento bailaras para mí, y solo ese día volveré a tocarte.
Me quedé confundida, osea que ¿no volvería a pedirme en su cama, hasta que me viera bailar?
El me miraba con un gesto travieso, como si de un castigo se tratara por mí mala conducta.
-Mientras tanto, ¿Estará con otras mujeres?- dije bajito.
El me miró e ignoro mí pregunta, serio, y siguió comiendo.
De repente de la felicidad algo dentro mío se llenó de miedo, ¿porque el pediría por otra chica y no por mí?
Cambié mí cara y hubo un silencio enorme en aquellos aposentos.
-Majestad disculpeme pero debo irme, me requieren en el harem.
-¿Hum? ¿Como?
Sin darle explicaciones me levanté, y vi como me miraban confundido.
Reverencie y comencé a caminar hacia la puerta.
-No te di permiso de irte. Vuelve aquí Kamra- dijo enojado.
Pero simplemente me fui, desobedeciendo sus órdenes.

Había resultado bastante rebelde a pesar de haber sido muy bien educada e instruida.
Pero es que en mí interior sabía muy bien que el sultán perdonaba cada rebeldía y capricho, como si fuera especial para el.
Pero también, yo quería que solo estuviera conmigo, no quería que otra se convirtiera en favorita.

Al volver al harem le conté todo a Turhan, desde lo bueno a lo malo, y entonces Ayse me mandó a mis nuevos aposentos de favorita.
Por suerte ya estaba ocupado el aposento con aquella favorita asesina.
Hasta el momento no sabía su nombre pero luego lo escuché... "Halime" era el nombre de aquella rubia que me había encerrado.
Halime compartia habitación con la favorita Hatice, se llevaban bien por lo que parecía.
Por suerte yo tuve mí habitación sola, al menos hasta que viniera una nueva favorita y ocupe la otra cama.

Halime me vio en el pasillo de las favoritas.
-Muy bien, escapaste de la muerte y te convertiste en favorita, pero ahora debes tener más cuidado que nunca ¿Sabes? El ambiente es hostil.
-No te tengo miedo, si yo quisiera estarías muerta ahora mismo.
-¿Y porque no lo estoy?
-Porque yo misma me encargaré de verte hundirte, en lo más profundo de la miseria. Duerme con los ojos abiertos.

Fui a mis aposentos y el sultán me mandó un cofre, que me trajeron unos eunucos.
El cofre tenía telas hermosas, oro, joyas y perfumes, me sentía abundante.

Sultana KamraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora