When I Look Into Your Eyes [Axl Rose]

Capítulo 21

Cuando Axl se fué del bar, ví a Eddie hablando con Leonard en el pasillo que estaba entre el baño y el depósito. No pude escuchar nada pero en cuanto me vieron, Eddie agarró su bolso y salió del bar, y Leonard se me acercó diciéndome que mi compañero no estaría ese día y que me pagaría un poco más ya que haría doble trabajo.

Estaba segura de que Eddie sentía algo por mí y que cuando estuve tanto tiempo sin Axl se haya ilusionado y pensado que tendría alguna chance conmigo. Pero verme con Rose en el bar sin previo aviso, seguramente fué como una patada en las bolas para él. Me sentí un poco mal por no haberme dado cuenta antes, pero él nunca me dió ningún tipo de indicio. Igualmente, yo no podía verlo como algo más que a un amigo, agradecía todo lo que había hecho por mí, pero nunca se me ocurrió fijarme en él como algo más. La única persona que ocupaba mi cabeza y mi corazón era Axl, y se iba a quedar ahí de forma permanente.

Al otro día quise ver a Axl para poder hablar de una vez por todas, pero me dijo que no podría ya que debía ensayar e ir a una entrevista para la revista Metal, pero a la noche pasó por casa. Emily estaba ahí y fué la primera vez que lo vió desde que él había ido a buscar sus cosas el día después de nuestro pleito. Rose había llevado unas cervezas, pero Emily no quiso tomar ya que debía estudiar, así que llevé a Axl a mi habitación y tomamos ahí.

—¿Cómo la pasaste hoy? —le pregunté mientras me sacaba las zapatillas y el pantalón para estar cómoda en la cama.

—Estoy muy cansado, pero bien, supongo —respondía mientras se recostaba a mi lado y ponía su cabeza en mis piernas.

Suspiré y comencé a acariciar su suave cabello rojo, mientras él deslizaba sus dedos sobre mis piernas desnudas. Y fué en ese momento en el que me di cuenta cuánto extrañaba eso, cuánto extrañaba esas simples experiencias que llenaban mi corazón y hacían olvidarme de todo lo demás.

—No te das una idea cómo he hechado de menos ésto —le comenté.

—Yo también —se dió la vuelta para ver mis ojos—, pero no es suficiente para ti.

—¿Qué? —pregunté confundida.

—Ya sabes —dijo y se levantó para encender un cigarro.

—Axl —lo llamé—, tienes razón —. Me observó.

—Dilo Vanessa.

—Yo... —hice una pausa para pensar las palabras— Yo confío en tí, pero hay cosas que sé que son de una forma y tú me dices otra. Intentas mentirme cuando en el fondo sabes que yo sé que no eres sincero.

—Habla con más claridad.

—Ya sabes de lo que hablo Axl. ¿Por qué llegabas tarde? ¿Por qué me mentías? —Axl me miraba impetuoso— ¿Por qué me hiciste dudar de tí? ...Me haces dudar.

—¿Te hago dudar? —preguntó agresivamente y desafiante.

—Por favor, no lo hagas de vuelta —supliqué cansada.

—¿Hacer qué?

—Enojarte.

—Esta bien —dijo mientras pasaba sus manos por su cabello—, mírame, trato de hacerlo, pero para mí es muy difícil Vanessa. Y si, tenías razón en dudar, no iba a ensayar, iba a la casa de un amigo a fumar heroína.

Lo miré atónita, aunque no tan sorprendida ya que sabía que lo iba a admitir en algún momento, pero él me miraba con mucha intriga ya que no sabía que pensaría yo de eso.

—Habían mujeres, no voy a mentirte, pero no hice más que mirarlas, nunca me relacioné con ninguna. Sé que estarás pensando sobre porqué lo hacía, pero ni siquiera tengo claro el porqué, sólo sé que aunque quisiera evitarlo, había algo invisible que hacía que volviera siempre. Y lo único que puedo hacer ahora, es pedirte perdón y tratar de prometerte que no se va a repetir.