Capítulo 15

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Cada día Axl empezaba a llegar más tarde, a veces a las cuatro de la madrugada, otras a las cinco y rara vez a las seis. Los primeros días no le pregunté a dónde había ido ya que no tenía muchas ganas de hablarle y tenía miedo de pelear. Pero cuando empezó a llegar a las ocho o nueve de la mañana y pasaba toda la noche preocupada por él, decidí enfrentarlo. Era un miércoles, Axl había llegado a las nueve y cuarto a dormir, eran las seis de la tarde y lo desperté para interrogarlo.

—Axl —hablé fuerte mientras lo destapaba para darle golpecitos en la espalda— necesito hablar.

Él se dió vuelta ya que estaba durmiendo boca abajo y me miró con mucha intriga.

—¿Qué? —preguntó mientras se incorporaba a regañadientes.

—Escuchame —procedí a explicarle— anoche estuve despierta hasta las cinco de la madrugada esperándote y rogando que no te pase nada. ¿Crees que no me importa dónde mierda estás? —le decía.

—¿Ahora te interesa a dónde voy? —replicó mientras se restregaba los ojos y bostezaba.

—No estoy tranquila si no sé dónde estás —le respondí sinceramente.

—No me lo preguntaste antes —dijo indiferente.

—Pero te lo pregunto ahora.

—No te interesa —se levantó de la cama y se dirigió hacia el placar para ponerse una camiseta.

—¿A dónde te vas ahora? —me levanté para seguirlo hacia el baño.

—Vanessa, voy a dónde siempre voy. Ya sabes —me respondió mientras orinaba.

—No sé a dónde vas Axl.

—A ensayar —dijo cuando acabó y me miró a los ojos— ¿Algún problema?

Yo no le creía para nada. ¿Por qué estarían ensayando tantas horas en la noche? La idea me parecía ridícula.

—Ultimamente están ensayando muchas horas —le respondí y me retiré al cuarto.

Luego de terminar en el baño, el pelirrojo se fué y ésta vez volvió a las siete de la mañana. Lo sabía porque Emily se levantaba a esa hora para ir a la universidad y lo vió entrar completamente ebrio. Yo estaba muy enojada con él, básicamente lo veía como treinta minutos por día o menos, ya que él dormía en el día cuando yo trabajaba y en la noche yo dormía intranquila mientras él estaba en algún lugar.

Cada vez las cosas iban empeorando. Uno de estos días, llegué del bar a las diez de la noche y Emily me estaba esperando de brazos cruzados en el sillón, con un rostro completamente furioso de rabia.

—¿Que pasó Emily? —pregunté mientras cerraba la puerta— ¿Está todo bien?

—No —respondió Emily.

—¿Por qué me miras así? —le pregunté.

Emily se levantó del sofá y me hizo una seña con la mano para que la siguiera hasta la cocina. Al llegar me mostró la cafetera; estaba empapada de café y tenía el cable del enchufe totalmente quemado, ademas de que había olor a plastico quemado.

—¿Cómo pasó esto? —consulté observando la escena.

—No lo sé —Emily elevó su voz—, sé que tú no la usas, y yo la usé hoy pero estoy segura de que no estaba así cuando me fuí, así que... ¡¿Quién más pudo ser?! —gritó.

—¿Qué? ¿Axl? —dije.

—¡Además, cuando llegué, el baño estaba lleno de agua! ¡El muy hijo de puta había dejado el maldito grifo abierto! —me comentaba mi amiga muy histérica. Nunca la había visto así, estaba totalmente sacada de quicio.

When I Look Into Your Eyes [Axl Rose]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora